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“España después de Francia”

Un artículo de Adolfo Alonso

(Imagen: PIXABAY)

La situación francesa es uno de los vectores políticos de la Unión Europea, un test de esfuerzo y debemos pararnos con un  artículo, al menos,  a reflexionar.

 

La UE no es un conjunto de un solo elemento. Es un conjunto compuesto de 27 elementos; y Países Bajos, Hungría, Italia, Polonia, República Checa, Eslovenia, y ahora Francia, nos dan una variable impensable cuando se fundó y añade unos temas inconcebibles entonces:  la de la nueva derecha europea, sus políticas económicas, y de emigración y su nacionalismo extremo incrustado dentro de un conjunto que nació para no ser nacionalista, sino federalista o confederal.

 

En España nos salvamos por ahora de este movimiento europeo hacia la extrema derecha nacionalista, gracias a Vox, a su mínima cintura política, y a su máxima rigidez ideológica. El problema que tienen es que son herederos del franquismo, y de la España “una, grande y libre”, y se les nota. Les traiciona, por muchos trajes democráticos o constitucionalistas que se pongan.

 

Sus lideres de hoy , que no son los de ayer, los están llevando al lugar que les corresponde, y afortunadamente no tienen la capacidad que los lideres de la extrema derecha tienen en otros países.

 

No subestimemos a la extrema derecha, regla de oro fundamental. Decía un amigo mío arqueólogo que los romanos eran antiguos pero no tontos, y claro que no lo eran. La extrema derecha es antigua pero no tonta, no olvidemos este matiz. Pero por ahora aquí van para abajo después de que el problema de la “pedrea” del reparto de emigrantes generase un desastre para el PP. Estos desastres son los mismos que genera la extrema izqierda al PSOE pero ha sido una gorda para la politicia de oposición de Feijoo, que no vale, miren que lo llevo diciendo, para esto.

 

Se viene hablando desde hace bastante tiempo que el proyecto de la Unión Europea, esta fracasado.

 

Si lo miramos desde un objetivo final de llegar a una República Federal Europea, como bloque único frente a Rusia o China, no sé si fracasado es el verbo pero si cuando menos estamos alejados de esta unidad política fuerte para oponer las ideas democráticas y éticas  europeas, frente a una mayor decisión Turca, China, Rusa o India. Su potencial humano, y ahora ya económico, es superior al nuestro, y por ahí pueden ir los tiros.

 

En esta situación y después de unas elecciones Europeas, Macron se la juega y nos la juega, a dos vueltas de tuerca, apretando. Pienso que lo estaba viendo venir, y como forma de cerrar un creciente incremento y casi como una maniobra limite final, ante la evidencia del voto europeo de la extrema derecha en su casa, ha decidido arriesgar y cortar de raíz, sin perder de vista que las elecciones francesas son a dos vueltas. Lo que pasa es que primero mete a la extrema derecha, segundo mete a la extrema izquierda y a lo mejor consigue seguir de presidente, y le sale bien la jugada. Pero son jugadas de laboratorio maquiavélico contemporáneo del tipo de algunas que vemos aquí, cuyo resultado final está por ver. Es como la película del “Jovencito Frankenstein” pero no se sabe el final aún.

 

La situación se debe principalmente a varios motivos. Se ha visto enfrentado a una fuerte oposición y protestas populares, especialmente por parte de los “chalecos amarillos” y otros sectores descontentos con su gestión. Además, la crisis económica y social derivada de la pandemia de COVID-19 ha generado presiones adicionales sobre su gobierno. La afirmación de Macron de que Francia podría entrar en una guerra civil es una declaración polémica que busca generar conciencia sobre la polarización y la tensión social que enfrenta el país en estos momentos. Ahí la tenemos con los resultados de las dos vueltas. Su intención podría ser alertar a la población sobre los riesgos de la división y la confrontación, así como también buscar un impulso de apoyo al presentarse como un líder capaz de mantener la estabilidad social, y con esta maniobra frenar a la Le Pen y seguir de presidente como mal menor. No se va a terminar aquí la tortilla francesa, faltan huevos por romper.

 

Tenemos el resultado de la primera vuelta, de choque cardiaco, con la extrema derecha ganadora. El resultado de la segunda vuelta, de segundo choque cardiaco, con la extrema izquierda de ganadora. En Los resultados de la primera vuelta Macron logró asegurar su posición como uno de los principales candidatos, obteniendo un porcentaje significativo de votos. Pero después de la segunda vuelta, nos encontramos con dos resultados contradictorios que evidencian la polarización política en Francia. A lo largo de su mandato, el presidente ha sido criticado tanto por la derecha como por la izquierda, lo que ha dificultado su capacidad para mantener una posición de consenso y unidad en el país y le introduce en la incertidumbre hacia el genio de la futura salida de este caos como una especie de mal menor. Pero parece que la República Francesa, esta tocada.

 

El terrorismo islámico en Francia ha sido un tema de gran preocupación llevando a una mayor xenofobia y tensiones en torno a la inmigración. El país ha recibido a una gran cantidad en las últimas décadas, especialmente de países de mayoría musulmana. Esto ha generado tensiones en la sociedad francesa en torno a la integración cultural y social de los inmigrantes, así como debates sobre la seguridad y la identidad nacional. En cuanto a los impuestos, Francia tiene uno de los sistemas fiscales más elevados de Europa, lo que ha generado descontento entre ciertos sectores de la población. Muchos franceses consideran que pagan impuestos excesivos y que el sistema fiscal es injusto, lo que ha sido un tema recurrente en las discusiones políticas.

 

La pelota de un panorama difuso y cambiante, está siendo jugada entre cinco políticos fundamentalmente.

 

  1. Emmanuel Macron – Presidente de Francia y líder de La República En Marcha (LREM).
  2. Marine Le Pen – Líder del partido de extrema derecha Frente Nacional (rebautizado como Reagrupación Nacional) y candidata presidencial.
  3. Jean-Luc Melenchón – Líder de Francia Insumisa (La France Insoumise), un partido de izquierda radical.
  4. Anne Hidalgo – Alcaldesa de París y miembro del Partido Socialista (PS).
  5. Xavier Bertrand – Presidente de la región de Hauts-de-France y líder de Los Republicanos (LR), un partido de centroderecha.

 

Si quitamos la cuestión nacionalista que parece que no es un factor relevante en la política vecina. ¿Hasta aquí les suena algo parecido a lo que estamos viviendo en España?


Comment

  1. … no seamos agoreros… en Francia se vive mejor que aquí en términos económicos, es un país laico, por lo que las veleidades islamistas no tienen cabida, o se integran o se automarginan… es una potencia nuclear, y el peligro es esa tontería de Macron de sugerir que intervendría en el conflicto ucraniano, cosa que me parecería un error muy grave… Europa es la garante de que no se hagan tonterías por parte de los estados miembros, porque el consenso hace que los tiempos se ralenticen tanto que parece que vivimos en una eterna inmovilidad… pero al fin y al cabo estamos disfrutando del mayor periodo de calma chicha en la historia del continente de toda su historia, celebrémoslo, en vez de decir tonterías… viva la comunidad europea

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