El domingo, la fábrica Codina celebró una jornada de puertas abiertas que tuvo una gran acogida. Este evento, denominado “open studio”, permitió a los visitantes explorar las obras de varios artistas expuestas en la fábrica. Entre las obras destacadas se encontraban las videoesculturas de Katja Loher, que revelan las maravillas de la naturaleza y formas de vida que permanecen invisibles a nuestros ojos. También se presentaron las creaciones de Jaime Liebermann, que incluyeron varias especies de plancton hechas a partir de desechos plásticos para crear conciencia sobre el uso excesivo del plástico y su impacto ambiental. Además, se pudo disfrutar del proyecto “Dance de L’eau” de Elena Plaza y de la obra “Materia Viva” de Nuria Román, que incluye esculturas de hierro y plantas vivas. La fábrica Codina, inaugurada en 1920 por Guillermo Coda bajo la dirección del arquitecto Francesc Femenias Fábregas, fue inicialmente destinada a la fabricación de bolsos de plata y oro. En 1930, la fábrica fue adquirida por la familia Codina y comenzó a producir botas de goma para el agua, conocidas como katiuskas, hasta 1973. Tras su cierre, la fábrica permaneció vacía hasta 2001, cuando fue adquirida por la sociedad Arco Aru. Desde 2021, el actual propietario ha trabajado para restaurar el edificio, incluyendo la instalación de unos 500 cristales en las ventanas antiguas. El propietario ha expresado su deseo de recuperar el patrimonio del edificio y convertirlo en un espacio cultural para la isla, aunque los planes específicos para el futuro del lugar aún no están completamente definidos.
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Pues es más de 20 años el actual propietario tampoco es que haya puesto mucho empeño en recuperar el edificio, en fin…