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“Vacaciones de verano”

Un artículo de Adolfo Alonso

(Foto: PIXABAY)

Agosto ha llegado, y con él, un ambiente de relajación y tranquilidad se apodera de muchos, ya sea por estar de vacaciones o por experimentar una disminución en las responsabilidades cotidianas.

 

En este artículo, deseo invitarles a reflexionar sobre la paradoja que se crea al intentar descansar en medio de un mundo agitado y lleno de desafíos. Durante el verano, mientras muchos se toman un merecido descanso, los problemas políticos nacionales e internacionales siguen su curso, a pesar de nuestra pausa temporal.

 

En este sentido, ¿cómo logramos equilibrar el descanso necesario con la responsabilidad de mantenernos al tanto de los acontecimientos que moldean nuestro mundo? Quizás la clave resida en encontrar momentos de desconexión saludable sin perder de vista la realidad que nos rodea, permitiéndonos recargar energías para afrontar los desafíos venideros con mayor claridad y determinación.

 

En definitiva, las vacaciones de verano nos brindan la oportunidad de recargar nuestras energías y renovar nuestro espíritu, pero no deben servir como una excusa para desconectarnos por completo de la realidad que nos rodea. Es necesario encontrar un equilibrio entre el descanso y la responsabilidad, de manera que podamos regresar a nuestras actividades cotidianas con una mente clara y un corazón lleno de vitalidad.

 

Yo quiero hoy llamarles al descanso mediante el establecimiento de una contradicción estilística y literaria en este artículo. No puede uno olvidarse de que en la vida política nacional e internacional hay bastantes cosas interesantes paradas o ralentizadas y a la espera de evolución. 

 

En un repaso rápido de lo que tenemos pendiente vemos que, olvidadas la guerra de Ucrania y la guerra de Gaza, no tenemos ni una guerra nueva que nos ocupe. No hay solución a esto, que se puede decir de toda la situación que se está viviendo. Uno no sabe porque vienen las guerras y la muerte. Es como un apocalipsis siempre dispuesto a cabalgar, nadie puede considerarse a salvo.

 

Venezuela. Casi nadie se cree el resultado de las elecciones. La fundación Carter, dice que no puede entenderse que se haya producido un proceso democrático, y parece que los resultados proclamados a nivel numérico solo coinciden con los de uno de los candidatos. Ya podemos hablar de Régimen, como se hablaba de régimen castrista. Parece que una parte de la  población pone los muertos inútilmente, y cada muerto es una tragedia.  Las vacaciones de verano están en la inercia de consolidar la situación de hecho. Así que con la ayuda de Cuba, Rusia, China, Irán, el ejército y la policía al régimen, la oposición tendrá que buscar nuevos instrumentos, y realmente poca opción le queda que se adapte al país, pero sobre todo deberá de cesar en el suministro  de personas para morir.

 

El venezolano es extremadamente patriota, convencido, apasionado e intenso, pero debe ser realista y entender que así no se puede morir. No hay solución a corto plazo por vías ordinarias y en consecuencia, la situación es simplemente acostumbrarse a sobrevivir en este entorno político, guste más o menos, como hasta ahora y la continuación de la emigración fuera del país a la espera de algún acontecimiento que cambie las cosas, interno o internacional. Por mi parte bienvenidos sean a España pues son gente formada, trabajadora, seria no violenta y de paz, y pueden aportar mucho en muchos lugares de nuestro país. 

 

Las elecciones en USA, otro vodevil increíble que indica que sea cual sea el país, no hay nada más fácil que pedir la dimisión de un político por parte de otro político, pero también nada mas difícil que un político dimita aunque lo condenen penalmente. La esperanza es que por fin llegue la primera presidente de los USA mujer, creo que sería una buena solución para la evolución del país.

 

Aquí tenemos los problemas del gobierno y los problemas de la investidura de Salvador Illa y la relación de vasos comunicantes entre el gobierno central y el gobierno de Cataluña. Es imposible saber o imaginar lo aventurar lo que va a pasar con Puigdemont  en un día inmediato , si esa es la lectura de su última carta, y con ERC, incluso ahora es imposible saber lo que va a pasar con Pedro Sánchez

 

Dichos los problemas que ni usted ni yo podremos solucionar, les propongo frente a ellos en vacaciones de verano, relajación y comparto con ustedes la mía, por si les sirve. Es el paseo por las librerías de viejo y la búsqueda de volúmenes. Además me pueden servir como metáfora de la búsqueda introspectiva dulce que todos necesitamos. Como metáfora de parón y mirada atrás ante una mirada adelante vertiginosa.

 

Me imagino paseando por el barrio Jimbocho de Tokio, pero puede ser lo que ustedes quieran, el Sena en Paris, el rastro de Madrid, o la cuesta Moyano, Sant Antoni en Barcelona, Charing Cross road en Londres, o el que les guste.

 

Jimbocho está cerca del metro y de la estación de tren, y viendo todas sus librerías de segunda mano,  entrando en cada una, hablando con el dueño mientras tomo un té, de cualquier libro, y me tranquilizo con el olor a papel y con el desorden de las estanterías, siempre pequeñas para soportar tantos volúmenes viejos de libros no digitales. Es el tiempo detenido o reducido a los pequeños acontecimientos de detalle que un libro puede trasmitir, lo que descarga de las tensiones del estrés que todos vivimos.

 

En las decenas de tiendas hay libros de hace decenas o centenares de años, manuscritos, pergaminos, revistas viejas, grabados ukiyo-e, borradores de novelas de autores famosos, fotografías reveladas, mapas viejos de Tokio hechos a mano, álbumes de viejas fotos. Es estar ajeno al tiempo, en cualquier. Lugar del mundo que ame el libro de segunda mano.

 

Me ayuda en este viaje imaginario Satoshi Yagisawa, voy por el barrio de la mano de sus personajes, Takako , joven japonesa no acostumbrada a leer, y Satoru, su tío dueño de una tienda de viejo minúscula en el barrio, y siento como se produce el encuentro la comunicación y la relación desde los libros para que lleguen al corazón. Y ahí están en las estanterías ,Amelie Natombe con su “estupor y temblores”, contándonos su choque cultural de belga trabajando en una fábrica japonesa,  Yasunari Kawabata, premio nobel,  con “dientes de león” ,”las deliciosas historias de la taberna Kamogawa”, en Tokio de Hisashi Kashiwai, “la ciudad y sus muros inciertos” de Haruki Marikami o cualquiera otra de sus novelas, que son mis libros de lectura para este verano. Todos ellos juntos y unidos a la obra de viejo de los otros dos premios nobeles de literatura Japoneses, Kenzaburo Oé en 1994 y Kazuo Ishiguro en 2017 me hacen olvidar las complejidades del mundo occidental moderno para meterme en otro mundo en el que el universo se convierte en un pequeño pensamiento del que se pueden sacar sentimientos increíbles con muy pocas palabras.

 

Y el libro de segunda mano, las librerías y sus estantes, se convierte en un pequeño instrumento de introspección personal, de viejas emociones y recuerdos o incluso de refresco de temas que fueron y siguen siendo o que tan solo fueron pero ya no son aunque los extrañamos. 

 

Uno escribe  un artículo a la semana, pero al menos ahora, en este, les invito a un paseo por un barrio de librerías de viejo  y si se animan vénganse conmigo a Jimbocho y entren en una agradable y nostálgico paseo por el tiempo de su vida.

 

“Empezaba a oscurecer pero Yasukuni-dori seguía llena de gente, así que seguimos encantados con nuestro paseo parándonos de tanto en tanto a comprar los libros que más nos gustaban. Tomo nos llevó a una librería que conocía, Kintoto,donde vendían libros de la escuela primaria de la era Taisho. El estilo anticuado de esos ejemplares me trasmitía todo lo contrario, una sensación de frescura, por lo que acabé comprándome un manual de gramática de dos mil yenes.” (Satoshi Yagisawa-“Mis días en la librería Morisaki”)


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