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La Copa del Rey de Barcos de Época define a sus grandes favoritos

The Lady Anne (1912), Chinook (1916), Comet (1946) y Argos (1964) dejan la regata prácticamente sentenciada en sus clases. Calima y Happy Forever se lo jugarán todo en la última jornada.

Espectáculo sobre el mar.
Espectáculo sobre el mar.
Con todo el trapo desplegado la flota ofrece una imagen como esta. (Foto: JORDI ESCANDELL -COPA DEL REY DE VELA)

El campo de regatas de Maó ofreció hoy su mejor versión para la disputa de la tercera jornada de la Copa del Rey Repsol de Barcos de Época. Tras la suspensión del primer día de competición y la ventolina que ayer apenas permitió completar un trazado de 6,5 millas, Eolo fue generoso con la flota de 43 embarcaciones históricas que luchan estos días en Menorca por el trofeo más preciado de la vela clásica española. Todas las salidas se dieron en la hora programada, la brisa del nordeste no bajó de los 8 nudos -con algunas rachas de 12 en el tramo del sur- y la línea de llegada se pudo montar en el interior del puerto de Maó, con la Illa del Rei y la fortaleza de La Mola como telón de fondo. “Lo que viene a ser un día casi perfecto”, en palabras de Nacho Marra, director del Club Marítimo de Mahón y de la Copa del Rey Repsol.

ÉPOCA CANGREJA

El día dejó escenas espectaculares en todas las clases, y en particular en la categoría Época Cangreja, donde, hoy sí, el duelo entre los mellizos Rowdy y Chinook, ambos diseñados por Herreshoff y botados en 1916, ofreció momentos realmente vibrantes. Los dos barcos navegaron parejos a lo largo de todo el recorrido de 19,2 millas náuticas y cruzaron la llegada con sólo 23 segundos de diferencia. Muchos testigos de la ‘pelea’ pensaron que el Rowdy, con su recién estrenado aparejo de cangreja, había ganado la regata, ya que fue el ‘vencedor’ en tiempo real, pero la compensación de tiempos le otorgó a su adversario una renta de tres minutos y veinticinco segundos. El Chinook es virtual ganador de la XX Copa del Rey Repsol, con dos primeros puestos en otras tantas regatas.

BIG BOATS

La competición en clase Big Boat, donde se citan por primera vez en la historia siete embarcaciones de más de 24 metros de eslora, consistió un día más en la exhibición de los tres F15 diseñados por William Fife, bólidos concebidos para devorar millas a principios del siglo XX que hoy, más de un siglo después, conservan todas sus prestaciones y su belleza. Gonzalo Botín y su tripulación del The Lady Anne (1912) sumaron una nueva victoria parcial y mañana podrán limitarse -si así lo deciden- a marcar a sus adversarios: Mariska (1908) y Tuiga (1909). Entre el resto de colosos reunidos en Mahón ha destacado, como testigo privilegiado del baile protagonizado por los F15, el Viveka (1929), ganador en 2022 y hoy aspirante al cuarto puesto.

ÉPOCA BERMUDIANA

El Comet (Sparkman & Stephens, 1946) puso rumbo a la que mañana podría ser su segunda victoria consecutiva en la Copa del Rey Repsol. La tripulación de Marc Marciano navegó una vez más a un grandísimo nivel y se impuso con autoridad a sus dos principales rivales, el Sonata (1937), del armador Jordi Cabau, y el Varuna (1939), patroneado por Jens Kellinghusen. El líder obtuvo una holgada ventaja de cuatro minutos en compensando sobre el segundo clasificado y le bastará controlar a sus rivales en la jornada final de mañana para asegurarse el triunfo.  El Comet fue construido en los astilleros Henry Grebes y navegó sus primeros años por los Grandes Lagos. En la década de los 70 completó una vuelta al mundo. Tras su restauración en el astillero Gweek de Cornualles, se convirtió en una habitual de las regatas de clásicos.

CLÁSICOS

La tripulación de Bárbara Trilling  a bordo del Argos ha salido victoriosa en las últimas seis ediciones de la Copa del Rey Repsol y ni cotiza que mañana lo hará por séptima vez.  Hoy le sacó once minutos al segundo clasificado, el Crivizza, un precioso diseño de Alan Buchanan del 66, y diecisiete al tercero, el Clarionet, un Sparkman & Stephens del mismo año. En el Argos se unen dos factores decisivos: un barco que defiende muy bien su rating y una tripulación que lo lleva de maravilla. Ningún éxito tan prolongado puede ser fruto del azar.

ESPÍRITU DE TRADICIÓN

Con la Copa sentenciada en las restantes clases, el Happy Forever, de Christian Oldendorff, y el Calima han decidido mantener la emoción hasta el último bordo en Espíritu de Tradición. Ambas embarcaciones llegan al asalto final de mañana empatadas a tres puntos. El que se imponga en la regata final alzará la Copa del Rey Repsol. El Calima (1970), patroneado por Pachi Rivero, lo ha hecho en catorce ocasiones. O lo que es lo mismo: sólo ha perdido cinco veces desde que el Club Marítimo de Mahón echó a rodar esta competición en 2003. Son barcos con velocidades muy distintas que apenas coinciden en la línea de salida, pero hoy se hizo patente que el Happy Forever, mucho más rápido en tiempo real, puede ganar también en compensado en condiciones normales, con vientos medios y sobre una distancia de 20 millas. El Legolas (1996) se mantiene vigilante en la tercera.


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