Con el fin del verano, llega también el momento de recoger y guardar los muebles de exterior que han sido los protagonistas de nuestras terrazas y jardines. Mesas, sillas, sofás y tumbonas, que nos han brindado momentos de descanso y disfrute al aire libre, ahora necesitan un cuidado especial para mantenerse en buen estado hasta que vuelva la primavera. Guardar correctamente el mobiliario de exterior es crucial, ya que estos estarán expuestos a las inclemencias del tiempo durante varios meses, lo que puede causarles daños irreparables si no se toman las precauciones adecuadas.
Para asegurarte de que tus muebles se mantengan en óptimas condiciones durante el invierno, es fundamental seguir una serie de pasos, desde la limpieza hasta el almacenamiento, sin olvidar la protección específica según el tipo de material. En Menorca el sol pega con fuerza en verano, la humedad en las noches de verano pasa factura a ciertos materiales, el salitre (según lo cerca que estés del mar) es otro problema. Suma el barro de las lluvias que traen tierra del norte de África. Hay trabajo que hacer.
Revisión y limpieza exhaustiva: primeros pasos
Antes de desmontar la terraza, es esencial realizar una revisión minuciosa de cada pieza de mobiliario. Si tus muebles cuentan con cojines, fundas o tapicería, lo primero que debes hacer es verificar su estado. Las telas, que suelen ser las más vulnerables a la humedad y el polvo, deben enviarse a la lavandería o tintorería antes de guardarlas. De esta forma, estarán limpias y libres de manchas, lo que evitará que se deterioren durante los meses de inactividad.
El siguiente paso es la limpieza de los muebles en sí. Es crucial eliminar cualquier rastro de suciedad, polvo y restos orgánicos. Para los muebles de metal, lo más efectivo es utilizar un cepillo de cerdas metálicas, mientras que para los muebles de madera o fibras sintéticas es mejor optar por un cepillo suave y, en algunos casos, la aspiradora puede ser una excelente opción para eliminar las partículas más finas.
Almacenamiento adecuado: clave para la conservación
Una vez que los muebles estén limpios y las telas hayan sido atendidas, es hora de almacenarlos en un lugar que les ofrezca la protección necesaria durante el invierno. El lugar ideal sería un garaje o trastero, donde estarán resguardados de la humedad, el frío y la intemperie. Para maximizar la protección, es recomendable cubrir cada pieza con lonas o fundas específicas. Estas cubiertas, preferiblemente transpirables, evitan la acumulación de humedad en el interior, lo que podría causar moho o deformaciones en los materiales.
Si no cuentas con un espacio interior adecuado, es posible dejarlos en la propia terraza o jardín, pero bajo cubierto. En este caso, es crucial utilizar fundas resistentes que se ajusten bien a cada mueble, protegiéndolos del clima invernal. Las fundas pueden estar hechas de rafia de polietileno, PVC o poliéster, materiales que son impermeables y resistentes, ideales para soportar la lluvia y el frío.
Cuidado especial según el material
Cada tipo de material requiere un tratamiento específico para asegurarse de que se mantenga en buen estado durante el invierno. Para los muebles de madera, es recomendable aplicar un protector que penetre en el material y lo proteja desde el interior. Los protectores, como el aceite de teca, permiten que la madera respire mientras repelen el agua y protegen contra hongos e insectos. Si prefieres una capa adicional de protección, los barnices son una excelente opción, ya que sellan la superficie de la madera y la protegen contra los elementos.
Los muebles de hierro forjado, por su parte, necesitan un mantenimiento regular para evitar el óxido. Para limpiarlos, basta con agua jabonosa, pero es importante evitar los estropajos abrasivos. En caso de que aparezca óxido, es necesario lijar la zona afectada y aplicar una imprimación antióxido antes de pintar con esmalte para exteriores. Si buscas una opción más sencilla, el aluminio es una excelente alternativa. Este material es ligero, resistente a la corrosión y fácil de mantener, aunque debes tener cuidado con los productos abrasivos, ya que se raya con facilidad.
Un esfuerzo que vale la pena
Cuidar de los muebles de exterior al final del verano en Menorca no es una tarea complicada, pero sí requiere dedicación. Siguiendo estas pautas y teniendo en cuenta las características específicas de cada material, puedes asegurarte de que tu mobiliario esté en perfectas condiciones cuando llegue la próxima temporada de sol. Un poco de esfuerzo ahora puede ahorrarte tiempo, dinero y la frustración de encontrar tus muebles dañados tras el invierno. No lo dejes para más tarde y empieza a preparar tu terraza para los meses fríos. Tus muebles te lo agradecerán.