La lluvia ha trastocado el programa de actos de Maó, pero no ha podido con el ánimo de los vecinos de la ciudad que tenían ganas de fiesta pese a todo. Las casas y garajes de numerosos vecinos se han abierto esta mañana para realizar desayunos con amigos y familiares. También la Plaça Constitució se ha llenado de gente ávida de fiesta que acudió al punto neurálgico para ver si había algún tipo de celebración.
Cabe esperar que, si el tiempo lo permite, esta tarde las calles se vuelvan a llenar de gente con ganas de pasárselo bien aunque sea sin caballos.