Para finales de siglo los efectos de los impactos climáticos provocarían un aumento del turismo en las provincias costeras del norte peninsular ante la pérdida de visitantes en las del sur, especialmente en escenarios de elevado calentamiento global, según el informe ‘El impacto del cambio climático en la demanda del turismo en España’, elaborado por BBVA Research.
Según el estudio, en el escenario de calentamiento más severo, con un aumento de temperatura de 4,8 ºC a finales de siglo, se prevé una reducción significativa en la demanda turística, con una disminución neta de aproximadamente el 7 % en 2100 respecto al periodo 2024-2030.
El Mediterráneo, la costa sur, Menorca y el resto de las Illes Balears podrían presentar los “efectos más pronunciados” en estos escenarios climáticos, con una reducción de la demanda turística en verano de un 60 % y una “recuperación parcial en otoño” en el escenario más severo.
Según el estudio, las variaciones de los impactos del cambio climático -aumento de temperaturas y descenso de precipitaciones- constituyen un desafío para el sector turístico español, que aporta el 11,6 % del PIB a la economía española, sobre todo para destinos tradicionales en el sur y área mediterránea.
El aumento de temperaturas y la falta de precipitaciones podrían suponer cambios en el patrón estacional y geográfico del turismo en España, que presenta un pico en verano y una alta concentración en el turismo extranjero que busca sol y playa.
Los economistas subrayan el “efecto negativo” de la mayor frecuencia de los eventos climáticos extremos en el descenso de la demanda turística hacia esos destinos tradicionales y atractivos, un sector que además supuso el 9,3 % del empleo total en el año 2022.
Confort climático y flujos turísticos
El análisis de BBVA Research revela que un mayor confort climático se asocia a un aumento de los flujos turísticos mensuales, con diferentes efectos según el tipo de turismo prevalente en cada provincia.
Las zonas costeras son las más sensibles a los impactos climáticos, en particular la costa mediterránea y las islas, seguidas de las provincias costeras del norte y del turismo de montaña y naturaleza, mientras que las zonas urbanas apenas se ven afectadas por los cambios en las condiciones climáticas, según el informe.
En un escenario de cero emisiones netas, se espera que el impacto del cambio climático sobre el turismo sea mínimo (con un descenso de la demanda del 0,3 % en 2100 frente al periodo 2024-2030).
Pero, a medida que aumenta la temperatura prevista para final de siglo, el impacto negativo se vuelve más pronunciado, particularmente en los meses de verano, cuando el calor extremo puede disuadir a los visitantes de los destinos tradicionales.
Según los investigadores, en un escenario de emisiones futuras de CO2 bajas a moderadas, “compatible con un aumento de temperatura de 2,8 ºC en 2100 respecto a los niveles preindustriales”, el descenso neto del turismo en España “también sería relativamente pequeña (-0,6 %), si bien los impactos diferenciados a nivel provincial ya serían visibles”.
Asturias la comunidad más beneficiada
Las provincias del norte y los destinos naturales podrían beneficiarse de este cambio en la demanda, lo que resultaría en un aumento del turismo, especialmente en temporada alta, con Asturias con el mayor incremento de la demanda, con casi un 7 %.
Ante el calor extremo del verano, la desestacionalización del turismo apunta a la primavera como temporada especialmente favorable para los viajes turísticos, un factor que ayudaría a aliviar la presión sobre el turismo de verano, siempre que vaya “respaldado por las medidas políticas necesarias y la inversión en infraestructuras necesaria”, concluyen.
… efectos? pues que el nivel del mar subirá, y tendremos el agua unos metros más arriba… no veo que sea muy grave… seguirá habiendo playas con arena, sólo que unos metros más allá…