El Govern aprobará en febrero un decreto ley de medidas urgentes para hacer frente a la congestión turística antes de la próxima temporada alta con el consenso de la Mesa del Pacto de Sostenibilidad, ha anunciado la presidenta, Marga Prohens.
Prohens ha justificado esta norma por “la necesidad de adoptar medidas antes de la próxima temporada para hacer frente a los episodios de congestión turística“, en la intervención con la que ha abierto este martes el Debate de Política Generalde la comunidad en el Parlament.
“Ha llegado la hora de tomar decisiones”, ha proclamado, y ha pedido a los grupos parlamentarios propuestas para enriquecer el debate. Ha citado a Winston Churchill para defender que “se necesita coraje para detenerse en hablar, pero mucho más para sentarse y escuchar”. “Yo los he sentado a todos y ahora quiero escucharlos”, ha recalcado.
La presidenta considera que la transformación del modelo económico de Baleares es “el primer reto” que tiene ante sí la comunidad autónoma, para abordar un “monocultivo turístico” que en la legislatura pasada aumentó su peso sobre la economía del 85,8 al 87,1 %.
Ha puesto como ejemplo otros cambios de modelo que han transformado regiones siderúrgicas o mineras como el País Vasco y Asturias. En ese camino, Prohens pedirá “la implicación y apoyo del Gobierno de España, para que contribuya con presupuestos y recursos”.
Prohens quiere responder “al malestar de los residentes por las externalidades del turismo” que es “cada vez más unánime y transversal”, como demuestran las manifestaciones de este verano. “No podemos ponernos de perfil”, ha asegurado.
“Teniendo claro que somos una tierra hospitalaria donde los turistas son bienvenidos, todos coincidimos en que ya no podemos seguir creciendo en volumen y que es inaplazable la transformación de nuestro modelo”, ha insistido.
La plataforma de consulta vinculada a la Mesa del Pacto Social y Político por la Sostenibilidad ya ha recibido más de 300 propuestas ciudadanas, ha señalado Prohens, que ha recordado que el objetivo de esa mesa es alcanzar un pacto que sirva de hoja de ruta para poner en marcha “medidas valientes”, a la altura de ese reto.
La presidenta ha asegurado que el sector turístico “es y seguirá siendo muchos de años” la principal industria de las islas, y que la transformación del modelo pasa por el impulso de nuevos sectores productivos, la reindustrialización de las islas y por apostar por la innovación, la investigación, la ciencia, la inteligencia artificial y la transición energética.
Ha alabado el “ecosistema de valor” de Baleares, con grupos de investigación especializada consolidados en la UIB, clusters tecnológicos y empresas referentes en innovación tecnológica aplicada al turismo, así como “la capacidad de ser referentes en sostenibilidad y circularidad” y de atraer inversión y proyectos hacia el ParcBit, que considera necesario reposicionar.
En el camino hacia la diversificación, Prohens ha defendido la necesidad de “atraer inversión” y “poner facilidades” a quienes están dispuestos a hacerla, algo que el Govern ha abordado con el Decreto de simplificación administrativa que está en tramitación en el Parlament.
El objetivo es “poner la alfombra roja a aquellos que quieren invertir en la transformación de las islas”. Prohens ha anunciado que habrá un segundo decreto de simplificación administrativa antes de acabar 2025, para captar esas inversiones y agilizar proyectos estratégicos.
Además, para redistribuir mejor los flujos turísticos durante el año para “evitar los episodios de saturación que de forma recurrente sufren los residentes”, el Govern apuesta por aunar “turismo, cultura y deportes” y aprobará en los próximos meses una ley de industrias culturales que reclama el sector.
Otra medida en pro de la sostenibilidad, además de la “sensorización” de espacios naturales para monitorizar los flujos de visitantes y tener datos y estudios de carga, Prohens ha anunciado que el Govern está tramitando la adquisición de nuevas fincas en espacios naturales: ses Mines de Sineu, sa Bastida d’Alaró, Ca na Beatriu de Muro y sa Boval Vella de Mahón. EFE