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“Líbano”

Un artículo de Adolfo Alonso

Destrucción.
Destrucción.
La guerra se traslada de Gaza al Líbano y a otros países de Oriente Medio. (Foto: PIXABAY)

Hace un año escribí mi primer artículo sobre Israel, y Netanyahu. Anticipaba  que la actuación de Netanyahu tal y como la planteaba, era una operación que buscaba territorio para Israel, y que el acto terrorista de Hamas, no era más que un pretexto para entrar, destruir , tomar territorio y no salir.  Y también dos premisas, Israel no es Netanyahu, sino una sociedad occidental con importantes tintes orientales y árabes, y que a Netanyahu tenía que hacérselo mirar la Corte Penal Internacional. Durante este año hemos visto facilitadas por los medios occidentales, no quiero ni pensar lo que habrán facilitado los medios árabes, cosas que indudablemente son terribles, y que no aguantan la explicación de que los milicianos de Hamas utilizan centros civiles para su estrategia de defensa. Todo ha saltado por los aires a día de hoy, en una escalada que nos lleva a más de cien misiles de Irán atacando Israel, con resultados desconocidos, a Israel entrando en Líbano, bombardeando siria y todos cruzando los dedos para ver qué pasa ahora con Irán. Escuchando a Netanyahu me vienen a la cabeza discursos históricos no muy lejanos en donde se entra en una dinámica de “pagarán todos” por lo que han hecho, aunque sea el mundo entero. El mundo contra mí, y yo contra el mundo, y no es una metáfora porque el Secretario de Naciones Unidas ha sido declarado persona non grata por Netanyahu y el responsable de política internacional de la Unión Europea, ha sido tachado como antisionista y la corte penal internacional ya ha dicho algo. Esto,  y ya bajando a menor nivel, también nos ha caído a nosotros, con la las idas y venidas de la embajadora de Israel en España. Podemos darle importancia o no, o pensar que todo es una tormenta en un vaso de agua, o pensar que viene la galerna.

 

Llevamos mala época, entre Ucrania, Israel, Argentina, México y Venezuela, y lo bueno es que no nos lo hemos buscado nosotros, nos lo han buscado y nos ha venido encima. El Ministro de Exteriores y el Gobierno, realmente hacen lo que pueden y esto no es sino achicar el agua que nos viene de fuera, porque la avería no está en nuestra casa. El PP es más absoluto, más de ir a la guerra, como hizo Aznar.

 

No valen ya las explicaciones para justificar la estrategia del gobierno de Israel, y discrepar de lo que está haciendo Netanyahu , no es ser anti sionista. A estas alturas nadie en occidente e incluso algunos países árabes discute la existencia de Israel como estado, con relaciones diplomáticas entre ellos, pero esto nos va a llevar a todos al carajo. 

 

No vi que la cuestión podría derivar hacia Líbano, ni hacia Irán, que es como el Gran Hermano de los chiitas. Dentro del Islam, son como los parias y la oveja negra de la familia. Los salafistas no son la oveja negra. Son la oveja con mancha roja del rebaño. No confundamos.

 

Se me alcanzaba a ver en mis análisis, que los palestinos iban a ser masacrados y que esto no iba a solucionar nada, pues seguían, seguirían y seguirían. Pero no alcance a ver lo del Líbano ni mucho menos lo de Irán. Enfocar por qué entran en el lío las piezas de Líbano y de Irán, no soy capaz en estos momentos de saberlo. De repente, en dos días estallan “buscas” y “walki talkies”, y una tragedia, no solo para los que lo llevaban, demos por supuesto que no son inocentes, sino para los que por allí pasaban, y esto es indiscriminado, o sea terrorismo.  Que estés peleando contra unos terroristas no quiere decir que te conviertas tú también en un terrorista.

 

A Netanyahu definitivamente parece que se le ha ido el camino y la cabeza, como a otros líderes a lo largo de la historia del siglo XX y en general de toda la historia de la humanidad.

 

Israel tenía crédito, el que le daba la Soha, pero, como todo crédito, se acaba, y este se ha agotado. Ya no podrá disponer de él por el momento. Lo tiene bloqueado. Ha metido a los palestinos en campos de concentración, con o sin alambradas. Los ha deportado de sus casas hacia zonas y campamentos que después ha atacado indiscriminadamente y destruido. Repito mucho la palabra indiscriminado, porque es el adjetivo que marca la diferencia entre una acción de guerra y legítima defensa, y una acción de otra índole.  Si en lo que estamos es en la guerra de la información, no podemos estar de acuerdo en que toda la prensa occidental, al menos la europea o la española es antisionista o antijudía.  La realidad es que hay un exceso absoluto de respuesta por parte de Israel.

Siento decir todo esto. Lo siento de verdad, pero me gustaría tener datos y actos para ver las cosas de otra manera y encontrar explicaciones morales que me convenzan, pero ni los tengo, ni los encuentro. Uno de mis artículos se titulaba “Shemá Israel”,  “Escucha Israel”, la oración por excelencia del judaísmo. Pero no escucha, porque tampoco es que se oigan voces en Israel contra todo lo que está pasando.

 

Estamos en pleno año nuevo judío, y los misiles han volado desde y hacia lejos.

 

Creo que debemos ponernos en un escenario incierto, visto desde la posición que ocupamos en occidente casi el 100×100 de los ciudadanos. No solo incierto, sino preocupante y hasta peligroso. Estábamos ya en un paisaje dibujado por las Ramblas de Barcelona, la sala  Bataclan en París, y otros, pero ahora la tendencia es a la generalización y la crispación. 

 

El Oriente ha sido determinante en la historia de la humanidad. Cuando estudiaba prehistoria aprendimos que todos los grandes movimientos poblacionales y culturales habían venido de este a oeste. Cuando apenas los hombres comenzaban a llegar a Menorca, en Egipto ya tenían las pirámides de Guiza y se desarrollaba una cultura que resulto espléndida. Cuando estábamos casi en la Edad del Cobre pasando al bronce, existía escritura en oriente y Babilonia, Nínive, Sumeria, Asiria, Egipto. Andaban con el equivalente a un cohete de la época. Hoy, Rusia, China, península arábiga, Irán, están también en el Oriente. De ahí están viniendo los cambios, primero a nivel económico, pero toda ley económica lleva a una expansión humana y de poder para generar nuevos puntos de producción de riqueza.

El enfrentamiento Israel-Irán, judíos contra chiitas y viceversa, es tremendamente peligroso. Hoy, un año después del acto terrorista de Hamas, estamos escalando, hacía ya no sabemos dónde. Quizá hacia el botón rojo, como en los tiempos de la guerra fría y de Kennedy y Krushev. Entre aquello y esto hay una diferencia, el componente religioso. En este aspecto, chocan dos grandes religiones, el judaísmo y el Islam y los cristianos estamos a verlas venir y templando como se puede.

Como cuestión religiosa de fondo el odio y la intolerancia es máximo, junto con el fanatismo. Esto es una inconveniente y una ventaja. Ambos mantendrán sus posiciones por fe, y hasta el final, unos contra otros. Confío en que sus errores y su fanatismo les lleve solo al conflicto entre ellos y nos dejen a los demás tranquilos, que bastante tendremos con defendernos del que gane en esta guerra, que ya no hay duda de que es mundial, con frentes locales. 

 

En un año saliendo de un ataque terrorista, hemos llegado al enfrentamiento mundial que cada vez se perfila más en dos bloques, oriente y occidente. Así que nos la jugamos.

 

Nada nuevo en la historia de la humanidad. Cuando termine el Camino de Santiago, volveré a retomar los libros de prehistoria para repasarlos y sacar las conclusiones que me sirvan a la post historia en la que vivimos, pero desde Mérida, desde donde escribo este artículo, la inercia del Camino de Santiago me va alejando de todo lo que pasa lejos de lo que es el día a día de la vida y la satisfacción de las necesidades primarias. Es más importante llegar a Cáceres en paz, y eso si puedo hacerlo, con la bicicleta, que la paz mundial, que esto sí que definitivamente no puedo hacerlo. Solo espero que el cielo no se desplome sobre mi cabeza.

 


Comments (3)

  1. No es un conflicto religioso. Los musulmanes no odian a los judíos, odian a los gobiernos de Israel que les han bombardeado, matado a sus familiares y expulsado de su territorio y a los gobiernos estadounidenses que les han ayudado a hacerlo. Los judíos no odian a los musulmanes, odian a los que se oponen con bombas y secuestros a su proyecto del Gran Israel, incluyendo a los cristianos que viven en los territorios.

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