La asociación ecologista GOB ha propuesto al Ministerio para la Transición Ecológica que permita la instalación de un aerogenerador en el mar frente a Menorca, como prueba piloto, siguiendo el ejemplo del Golfo de Roses, en la costa de Girona.
El objetivo, según el Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza (GOB), es “identificar las posibles afectaciones” antes de aprobar cualquiera de los dos proyectos de parque eólico marino previstos en la costa noreste de Menorca.
El GOB ha advertido que “faltan estudios” para determinar cómo las vibraciones y campos electromagnéticos de los molinos afectarían a los ecosistemas marinos.
Hasta ahora, solo la promotora francesa Qair ha presentado un proyecto, que contempla molinos de 287 metros de altura fijados en el lecho marino mediante cadenas de tamaño “descomunal”. Este proyecto se ubicaría en una zona de alta riqueza ecológica, que es además hábitat de aves migratorias y parte del núcleo de la Reserva de la Biosfera.
El proyecto propone diez aerogeneradores a 4 kilómetros de la costa de Es Mercadal, lo que, según el GOB, “representaría un cambio importante en el paisaje de levante”. No obstante, la entidad entiende que la transición a energías renovables implica algunos impactos territoriales que podrían minimizarse reduciendo el tamaño y la potencia de los molinos para que se ubiquen más alejados de la costa.
El GOB sostiene que el proyecto, de 180 MW de potencia, generaría más electricidad de la que Menorca podría consumir, y requeriría un segundo cable submarino con Mallorca, que no está previsto hasta después de 2026.
Los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, aprobados por el Ministerio para la Transición Ecológica, establecen que solo dos zonas en Baleares, ambas al norte de Menorca, son aptas para el desarrollo de la energía eólica marina. EFE