La implementación del sistema de recogida de basura puerta a puerta en Maó y Es Castell ha generado confusión y, en algunos casos, resistencia entre los residentes. Este sistema, que empezó a implantarse hace unos meses en algunas zonas de Maó, tiene como objetivo cumplir con los requisitos mínimos de reciclaje impuestos por la Unión Europea, un estándar que Menorca aún no alcanza. Sin embargo, la coincidencia con una nueva tasa de basuras, exigida también por una directiva europea, ha complicado la aceptación del nuevo sistema.
La nueva tasa de basuras, recientemente impuesta en Maó y Es Castell, tiene como base el volumen catastral de la vivienda o establecimiento, en lugar del número de residentes. Esto ha generado cierta controversia, ya que no todos los habitantes consideran que el método sea justo. Según Jordi Tutzó, portavoz de Ara Maó, este método de tarificación debería ajustarse progresivamente para reflejar con mayor precisión el uso real del servicio y reducir el impacto económico en los ciudadanos. En Es Castell, el primer recibo no ha sido amortiguado, a diferencia de Maó, donde el Ayuntamiento ha optado por suavizarlo parcialmente para facilitar su aceptación.
Además, el sistema de recogida puerta a puerta se encuentra actualmente en pausa en Maó, a la espera de definir cómo proceder en zonas donde predominan los edificios de apartamentos. La falta de espacios adecuados para almacenar y depositar los cubos de basura clasificada ha dificultado su implementación en estas áreas, lo que ha obligado a revisar posibles alternativas. A pesar de estas dificultades, Ara Maó insiste en la urgencia de aumentar el reciclaje, ya que el objetivo fijado por la Unión Europea exige que Menorca alcance un 65 % de reciclaje para el año 2035, un porcentaje que, según Tutzó, parece difícil de lograr si no se intensifican los esfuerzos.
Tutzó también considera que el Ayuntamiento de Maó ha fallado en su labor informativa sobre los cambios y las razones detrás de la nueva tasa y el sistema de recogida selectiva. Esta falta de comunicación efectiva ha dificultado la comprensión del proceso entre los vecinos, aumentando la percepción de impopularidad del nuevo sistema. Para Tutzó, es fundamental que los residentes entiendan que el sistema de recogida y la nueva tasa son temas distintos y que ambos son necesarios para evitar un futuro colapso del vertedero de Milà, que está cada vez más cerca de su límite de capacidad.
El portavoz de Ara Maó subraya que, si bien el sistema de recogida puerta a puerta ha permitido incrementar el nivel de reciclaje en las áreas donde ya está en funcionamiento, es crucial que toda Menorca adopte prácticas de reciclaje más efectivas. Solo así se podrá prolongar la vida útil de las instalaciones de Milà y cumplir con los compromisos ambientales de la isla.
