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Fiestas para acabar el año: no mezcles alcohol y volante

La Dirección General de Tráfico refuerza sus mensajes dirigidos a la responsabilidad, y aporta algunos datos interesantes

Mala combinación
Mala combinación
Foto: Pixabay

Llevamos un trágico año en las carreteras de Menorca y solo quedan horas para acabar 2024. Mejor no dar motivos a la estadística para empeorar el panorama. El binomio alcohol y conducción sigue siendo uno de los principales factores de riesgo para la seguridad vial, tanto para quien conduce como para quienes lo rodean. El consumo de alcohol está directamente relacionado con un elevado número de accidentes, y el riesgo aumenta proporcionalmente con la cantidad ingerida y la frecuencia del consumo.

Efectos del alcohol al volante
El alcohol afecta a las condiciones psicofísicas necesarias para una conducción segura, incluso cuando se encuentra por debajo de las tasas legales permitidas. Estos son algunos de los principales síntomas:

1. Alteraciones en el comportamiento:
– Genera una falsa sensación de seguridad, impulsando a asumir riesgos innecesarios.
– Reduce el sentido de la responsabilidad y aumenta las conductas impulsivas o agresivas.

2. Alteraciones en la percepción y concentración:
– Reduce la capacidad de concentración y deteriora la agudeza visual.
– Genera visión de túnel, dificulta la percepción de luces y señales, y empeora la estimación de distancias y velocidades.

3. Alteraciones en la psicomotricidad:
– Disminuye la coordinación de movimientos y la capacidad de reacción.
– Afecta el equilibrio y la precisión motora.

4. Alteraciones en la toma de decisiones:
– Ralentiza el proceso de asimilación de información y la capacidad de respuesta.

Niveles de alcoholemia y riesgos
Para conductores en general, el nivel máximo permitido de alcoholemia es de 0,50 g/l en sangre o 0,25 mg/l en aire espirado, lo que equivale a consumir entre 1 y 2 unidades de bebida estándar (UBE). A este nivel, los reflejos disminuyen, la apreciación de las distancias es deficiente, y se experimenta una sensación errónea de velocidad, lo que duplica el riesgo de accidente. Por otro lado, para conductores noveles (con menos de 2 años de experiencia) y profesionales, el límite permitido es de 0,30 g/l en sangre o 0,15 mg/l en aire espirado, equivalente a aproximadamente 1 UBE. En estos casos, se observan dificultades para frenar a tiempo y una falsa sensación de control que puede llevar a conductas imprudentes, triplicando el riesgo de accidente.
La alcoholemia mide el volumen de alcohol en sangre, expresado en gramos por litro (g/l) o su equivalente en aire espirado. Los límites legales están definidos, pero cualquier cantidad de alcohol al volante es peligrosa.

Factores que afectan la alcoholemia
– Cuanto más rápido se consume, mayor es la concentración de alcohol en sangre.
– Bebidas destiladas (ron, ginebra) se absorben más rápido que las fermentadas (vino, cerveza).
– Las bebidas calientes o gaseosas aceleran la alcoholemia.
– La tolerancia al alcohol varía según la edad, el peso y el estado físico.

Recomendaciones de la DGT para estas fiestas
– Si consumes alcohol, no conduzcas. Planifica con anticipación y designa un conductor sobrio o utiliza transporte público.
– Sé consciente de que, incluso con pequeñas cantidades de alcohol, tus habilidades al volante están comprometidas.
– Consulta herramientas como “¿Cuánto bebo?” para conocer los niveles aproximados de alcoholemia según la bebida y la cantidad consumida.

La responsabilidad salva vidas
Durante las celebraciones de fin de año, la Dirección General de Tráfico insiste en la importancia de no mezclar alcohol y volante. La prevención y la responsabilidad individual son las claves para evitar tragedias en la carretera. Disfruta con seguridad y empieza el nuevo año cuidando de ti y de los demás.


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