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“El paso del tiempo”

Un artículo de Beatriz Vilas

Jubilados sentados en un banco.
Jubilados sentados en un banco.

En estas fechas Navideñas, en la que nos juntamos con nuestros seres queridos, es posiblemente el momento del año en el que más consciente soy del paso del tiempo.

En el día a día, mi mente me hace creer que sigo siendo joven, pero al mirarme al espejo y ver mi cabello canoso, soy consciente de cómo ha pasado el tiempo, pero todavía lo soy mucho más, cuando lo veo en mis seres queridos.

Nuestros mayores, los que todavía están en este plano con nosotros, ya son muy mayores, rozando o pasando los 80 y los niños, ya dejaron la niñez atrás, estando en el mejor de los casos en la adolescencia, cuando no se han ido ya de casa.

Es por ello por lo que, en estos días, son los momentos de reflexión para mí, donde comienzo a ser consciente de que ya comienza a quedar menos tiempo hacia adelante que el ya pasado.

Y aunque es bien cierto que no podemos hacer nada para pararlo, podemos esforzarnos en crear una vejez acogedora para nosotros y los que nos rodean.

Evitar hablar de la vejez y de la muerte no nos ayudará en absoluto a ello, ya que cada día se acerca más y más ese momento en el que tengamos que vivirla.

Pero nuestra sociedad parece no querer ver la importancia que tiene que las personas nos preparemos para ese momento y que seamos capaces de hablarlo con tranquilidad y de hacer una buena prevención de esta.

Aunque es bien cierto que poco a poco estamos más preparados de lo que estaban nuestros ancestros, todavía nos queda un largo recorrido para estar concienciados de que no podremos hacer las cosas que hacíamos y resistirnos a ello no tiene mucho sentido.

Veo personas que quieren seguir actuando como cuando eran jóvenes, sin poder hacerlo ya y se fuerzan hasta puntos insospechados para sus familias.

Otras en cambio se dejan ir antes de lo debido y se abandonan, pensando que ya está todo el pescado vendido y se aletargan esperando lo inevitable.

Pero ¿dónde está el secreto de una vejez satisfactoria?, como todo en esta vida, en el punto intermedio.

Aceptar y prepararse para lo inevitable es de sabios y esforzarse para llegar en las mejores condiciones también lo es.

Negar que nos hacemos mayores o pensar antes de serlo que lo somos, son los dos extremos que deberemos evitar.

Prolongar la edad laboral en el siglo del Antiaging me parece muy correcto, puesto que una persona que se siente fuerte, con salud y sana mentalmente, puede prolongar su edad profesional hasta que ya baja su rendimiento, puesto que su experiencia profesional puede ayudar mucho a los jóvenes, que, aunque sobradamente preparados, carecen de la experiencia de vida, que tanto ayuda en la mayoría de las profesiones.

Aprende a aceptar el paso del tiempo y prepárate para lo que está por llegar, porque cuando menos te lo esperes, tú estarás ahí ya.

Adáptate al cambio, aprende de los más jóvenes y enséñales aquellas cosas que puedas aportar para su bienestar.

Entre todos, podemos crear una realidad distinta, una vida más sana para todos, porque no nos libraremos de llegar a la vejez y ayudarnos es el mejor antídoto contra el paso del tiempo y contra una sociedad sin valores y desdichada.

¡Creemos una sociedad que merezca ser vivida, una vida llena de aceptación de los acontecimientos que inevitablemente vamos a vivir!


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