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Cuando las novelas de aventuras pasaban por el puerto de Maó

Una saga de libros que inspiró el film Master and Commander arrancó cuando sus protagonistas se conocen en la Menorca británica del siglo XVIII

Los dos protagonistas de la saga que se conocieron en Maó
Los dos protagonistas de la saga que se conocieron en Maó
Foto: Fotograma de la película Master and Commander

Menorca, con su estratégica ubicación en el Mediterráneo y una rica historia que abarca monumentos neolíticos, incursiones corsarias y el dominio británico entre 1708 y 1802, se alza como un telón de fondo perfecto para aventuras navales. Este escenario único inspiró al escritor Patrick O’Brian a situar el inicio de su aclamada saga literaria en la isla, donde sus emblemáticos protagonistas, Jack Aubrey y Stephen Maturin, se conocen por primera vez. Sus novelas servirían más tarde como base para la aclamada película protagonizada por Russell Crowe. Patrick O’Brian se llamaba realmente Richard Patrick Russ y tuvo un idilio con el mundo de la literatura naval que llegó a su cénit cuando conoció Menorca, el puerto de Maó y su historia.

La conexión de Menorca con la historia naval británica es indiscutible. Durante el periodo en que la isla formó parte del dominio británico, su puerto natural de Maó fue un enclave clave para las operaciones de la Royal Navy, especialmente durante los bloqueos a Toulon. Incluso el célebre almirante Horatio Nelson visitó la isla en al menos una ocasión. Este rico contexto histórico fue el marco ideal para que O’Brian diera vida a una de las amistades más memorables de la literatura.

El primer encuentro entre Aubrey, un teniente de la Royal Navy que enfrenta deudas y un futuro incierto, y Maturin, un médico irlandés con inclinaciones filosóficas, tiene lugar en la “Casa del Gobernador” de Port Mahón. Este edificio, que aún hoy se utiliza como instalación militar española, cobra vida en la pluma de O’Brian a través de un inicio vibrante y cargado de tensión. El autor abre la novela con una escena magistral que combina música, descripción vívida y un primer choque de personalidades que sienta las bases para la evolución de su relación.

En una sala de música inundada por el primer movimiento de un cuarteto de Pietro Locatelli, Aubrey y Maturin coinciden como dos extraños sentados uno junto al otro. Aubrey, un apasionado de la música, marca el ritmo de manera exuberante, lo que provoca el fastidio de Maturin, quien lo reprende con una frialdad que amenaza con convertir su interacción inicial en un duelo. Sin embargo, lo que comienza como una confrontación se transforma, con el tiempo, en una alianza que definirá la saga.

O’Brian refleja en sus protagonistas una dualidad fascinante: Aubrey, impulsivo y optimista, encuentra en Maturin un contrapunto intelectual y reservado. Este contraste impulsa no solo su desarrollo personal, sino también las tramas cargadas de acción, humor y drama que atraviesan los 20 libros de la serie. La riqueza narrativa y el detallismo histórico de las novelas han llevado a críticos a compararlas con lo que los hermanos marinos de Jane Austen podrían haber escrito si hubieran compartido su talento literario.

El legado de O’Brian trasciende las páginas de sus libros. Su obra no solo inmortalizó el puerto de Maó como un punto de referencia en la literatura de aventuras, sino que también reavivó el interés por la Menorca británica y su papel en la historia naval. La conexión de la isla con esta saga de renombre internacional es un recordatorio de cómo los paisajes y contextos históricos pueden influir profundamente en la creación artística.

Para quienes visiten Menorca, explorar los rincones que inspiraron a O’Brian es una invitación a revivir las gestas de Aubrey y Maturin. Y para los lectores, Master and Commander no es solo una puerta de entrada a un universo literario vibrante, sino también un homenaje a una época en la que las aventuras nacían, literalmente, en el puerto de Maó.


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