Skip to content

Nuevos descubrimientos gracias al proyecto de ondas gravitacionales en el que participa Alicia Sintes

Este viernes detectaron la explosión de una estrella

Hay una estrella menos en el firmamento
Hay una estrella menos en el firmamento
Foto: Pixabay

Este viernes, el prestigioso observatorio LIGO ha detectado la explosión de una estrella, un evento que podría aportar valiosa información sobre el universo. La Universidad de las Islas Baleares (UIB) ha tenido un papel clave en este hallazgo, gracias a la participación de sus investigadores en el proyecto de detección de ondas gravitacionales.

Rafel Jaume y Joan-René Mérou, dos científicos del Institut de Computació Aplicada i Codi Comunitari (IAC3) de la UIB, han pasado los últimos tres meses en el observatorio LIGO en Livingston, Luisiana, colaborando con la mejora de la detección de estas señales cósmicas. Su trabajo ha sido fundamental para optimizar la precisión de los instrumentos y reducir errores en los datos obtenidos, asegurando que las detecciones sean fiables y consistentes.

Las ondas gravitacionales son perturbaciones en el tejido del espacio-tiempo causadas por eventos cósmicos de gran magnitud, como la fusión de agujeros negros o la colisión de estrellas de neutrones. Desde la primera detección en 2015, LIGO ha confirmado alrededor de 90 señales de este tipo, permitiendo a los astrónomos estudiar el universo desde una perspectiva completamente nueva.

Uno de los últimos eventos registrados por LIGO ha sido la colisión de una estrella de neutrones a una distancia de mil millones de años luz de la Tierra. Un investigador de la UIB participó en la detección de este fenómeno, que en las próximas semanas será objeto de un análisis exhaustivo. Según los científicos, el estudio de esta señal podría cambiar nuestra forma de entender el universo y sus mecanismos.

LIGO, considerado uno de los observatorios más avanzados del mundo, opera con interferometría láser para detectar ondas gravitacionales con una sensibilidad extrema. Sin embargo, esta misma sensibilidad lo hace vulnerable a diversas perturbaciones, como terremotos, tráfico cercano, interferencias eléctricas y fluctuaciones de temperatura. Por ello, el trabajo del equipo de caracterización del detector, en el que han participado los investigadores de la UIB, es crucial para garantizar la fiabilidad de los datos.

El papel de los investigadores del IAC3 se ha centrado en identificar y mitigar estas perturbaciones, contribuyendo así a la mejora de la sensibilidad del detector. Su labor ha sido esencial para filtrar ruidos que podrían oscurecer señales reales de ondas gravitacionales y asegurar que los datos obtenidos sean precisos.

La participación de científicos de la UIB en un proyecto de esta envergadura demuestra el alto nivel de la investigación científica en Baleares. La colaboración con LIGO no solo fortalece la presencia de la UIB en el ámbito internacional, sino que también permite a los investigadores contribuir activamente al avance del conocimiento sobre el cosmos.

El futuro de la detección de ondas gravitacionales es prometedor. Gracias a las mejoras constantes en los instrumentos y a la colaboración entre científicos de todo el mundo, se espera que en los próximos años se realicen descubrimientos aún más sorprendentes que nos ayuden a comprender mejor los misterios del universo.


Deja un comentario

Your email address will not be published.