Treinta enfermeras han abandonado Baleares en enero en busca de mejores condiciones laborales y una calidad de vida acorde a su formación, según ha denunciado este miércoles el Sindicato de Enfermería (Satse). Dos de ellas trabajaban en Menorca, según ha informado el sindicato a Menorcaaldia.
La organización advierte de que esta fuga de profesionales refleja la situación insostenible que atraviesan los trabajadores del sistema sanitario y sociosanitario en el archipiélago. Según sus datos, la mitad de las enfermeras que han dejado Baleares se han trasladado a Andalucía, mientras que el resto ha optado por otras comunidades autónomas. Además, una treintena de estudiantes de cuarto curso del grado de Enfermería de la UIB ya han solicitado información para trabajar en el extranjero, principalmente en países de la Unión Europea.
El sindicato señala que Baleares cuenta con 5,9 enfermeras por cada 1.000 habitantes, una de las ratios más bajas de España y muy por debajo de la media europea de 8,5. Al ritmo actual, estiman que harían falta dos décadas para alcanzar los estándares comunitarios.
Entre las causas de esta situación, Satse apunta a la insularidad, el alto coste de la vida y la falta de vivienda asequible, agravadas por un modelo económico que no permite retener talento sanitario. A ello se suman la precariedad laboral, los bajos salarios y la alta rotación de personal en la sanidad privada y el ámbito sociosanitario.
Para hacer frente a esta crisis, el sindicato reclama un aumento salarial en la sanidad pública que compense el coste de vida en Baleares, así como una subida del 40 % en los sueldos del sector privado, con el objetivo de mejorar la estabilidad laboral y evitar la fuga de profesionales.