Anoche, la niebla descendió sobre Dalt Sant Joan, en Maó, cubriendo las calles con un velo denso y fugaz. Durante aproximadamente una hora y media, el barrio se convirtió en un escenario de luces difusas y sombras alargadas, donde los árboles desnudos y las farolas titilantes parecían perderse en la bruma. El fotógrafo Miquel Llambías capturó esta atmósfera enigmática en una serie de imágenes donde la niebla diluye los contornos y convierte lo cotidiano en un paisaje de misterio. Este fenómeno, aunque efímero, ofreció una estampa distinta de la ciudad, transformando su fisonomía y regalando una visión distinta de la calma nocturna de Maó. |