Innovación, visión integral/sostenibilidad y personalización fueron las claves que se apuntaron en el seminario “Nuevas respuestas para nuevos desafíos” celebrado la semana pasada en el Instituto Internacional San Telmo, unas claves que tienen en común el factor humano. Su importancia se revela crucial en cualquier sector pero más en el turístico de las Baleares, a la vista de los datos incluidos en el Impactur 2014, el estudio de Exceltur y el Govern, que refleja cuál es el impacto del mismo en la economía del Archipiélago.
Según este estudio, el 44,8 por ciento del Producto Interior Bruto y el 32 por ciento del empleo en Baleares están vinculados al turismo. La tendencia es ascendente para este sector que ha pasado de generar el 42 por ciento del PIB balear en 2008 al 44,8 por ciento del año pasado, con el consiguiente aumento de puestos de trabajo vinculados al mismo (27,1 por ciento en 2008, 32 por ciento 2014).
En ambos indicadores- contribución al PIB y empleo- Baleares lidera el ránkig nacional, muy por delante de comunidades como la canaria o la andaluza, un liderazgo que implica un riesgo evidente -el del tan denostado ‘monocultivo’- e impone un reto adicional, que excede al de la renovación de destinos e instalaciones turísticas, el reto el de la excelencia.
Si nos orientamos a ser líderes y confiamos cada vez mayor parte de nuestro futuro y nuestro bienestar al turismo, un sector en el que la competencia es feroz (¿en cuál no lo es?), el objetivo es indudablemente ser los mejores, algo que sólo conseguiremos teniendo el mejor capital humano y no dando por supuesto, tal y como apuntan los expertos, que después de cada invierno llegará la primavera y con ella los turistas.
El factor humano es el único que nos puede hacer realmente diferentes, el que nos permitirá innovar, desarrollar modelos de negocio sostenibles y ofrecer experiencias que superen las expectativas de nuestros visitantes. Necesitaremos, por tanto, no sólo planes de inversión y reposicionamiento de los destinos y los alojamientos, y de mejora de las infraestructuras políticas, sino también una apuesta decidida y continuada hacia una formación de calidad para el sector turístico.