Dibujaba un humorista una escena en la que en plena Edad Media se quemaba a dos hombres en la plaza de una de las grandes catedrales centroeuropeas. Entre las llamas los ajusticiados en esta viñeta comentan: “Claramente comprenderás que estamos ayudando a poner los cimientos cristianos de una Europa liberal… ¿No?”
¡Qué bien!
Anders Behring Breivik causó len julio de 2011 la muerte a 92 personas (la mayoría jóvenes) por su doble atentado en Oslo y en la isla de Utoya. Su motivación, según confesó, era defender a una Europa Cristiana libre del azote del Islam. Tal recuerdo sirva de telón de fondo al ponderar la intervención del Papa Francisco presente en el Parlamento Europeo ahora hace tres años.
Si bien sólo unos pocos se unirán a la causa esgrimida por Anders so pena de una dolencia esquizofrénica; otros podrán aducir que Europa está en peligro ya sea por el acoso en su seno de los emigrantes y ciudadanos de tradición islámica; o los que claman los peligros de una cultura laica y otros aún por el integrismo de algunos de los cristianos actuales.
En este “¿Qué dices Europa de ti misma?” El Papa Francisco abogaba por ahondar en nuestras raíces europeas…cristianas ayer, pluriculturales hoy.
Dos mil años de discurso cristiano en Europa ciertamente que no pueden taparse de un solo brochazo, ya que la sociedad y la misma política han sido teñidos de tal…pero tras perderse este “tinte” añejo: ¿Cuál será el color original que surja?
La verdad impone que los conceptos tildados de europeos, como la democracia, la igualdad, la tolerancia o la libertad de expresión, y más… no son únicamente europeos sino mundiales y están enumerados así en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Así pues, ahondar en las raíces de Europa al objeto de sentir y digerir lo nuevo que hoy tenemos al alcance implica que las generaciones y culturas actuales se comuniquen interactivamente en un encuentro plural.
Y para poner un ejemplo de lo que significa esta simbiosis de las culturas, podemos aducir lo que significó en otras épocas el intercambio de ideas y valores que asumió un pensador islámico nacido en Córdoba como Ibn Rushd mejor conocido como Averroes.
Dante en La Divina Comedia pone a Averroes junto a los grandes filósofos de la antigüedad, no en el Infierno, sino en el Limbo, lugar de honor que la fama le confiere.
Igualmente Rafael en uno de sus mejores frescos del Palacio Apostólico en el Vaticano conocido como “La Escuela de Atenas”, en el elenco de los mejores filósofos griegos incluye a Averroes entre éstos.
Esta época clásica en la que cristianos, musulmanes y judíos así como hombres de Gobierno convivieron culturalmente siendo “Otros” conjuntamente, bien puede tildarse de Crisol Cultural en el que cuajó una nueva humanidad…a la “Europea”.
Fue en esta centuria del siglo XIII cuando la astronomía empezó a ser ciencia, época en que se inventó el álgebra, el sistema decimal, hubo un auge en el sistema agrícola y cuando los conceptos de la óptica tomaron relevancia, por citar algunos de sus logros.
La Europa de hoy descubre esta tradición racionalista que encabezó Averroes gracias a que éste descubrió a Aristóteles y a la Grecia clásica. Así sus comentarios académicos influenciaron y dieron a luz a otros pensadores, desde Maimónides hasta el mismo Tomás de Aquino.
Para no perder el pulso de esta centuria de Averroes, las reflexiones de la Profesora Paloma García Picazo en su libro: Idea de Europa: Historia, Cultura, Política (Tecnos 2008), son de lo más lúcido: No hay Europa sin crítica ni reflexión… El hecho de que Europa para verse a sí misma invente perspectivas de alteridad, se mire con los ojos de Otros… es un rasgo de genio y creatividad que otras culturas y civilizaciones no poseen en este mismo grado.
Saber hacer comulgar con una cultura(s) europea(s) que ejemplifique lo que la misma etimología de la palabra Europa:” La del Ancho Rostro” (Eureia-Ops) conlleva, puede ahorrarnos atentados de 92 defunciones jóvenes perpetradas por uno de rostro… miope.
