Impulsada por el miembro del Institut d’Estudis Catalans, Lluís Garcia, con el apoyo (según él) de varios intelectuales de la Isla s’Esplanada de Maó debía acoger este martes una concentración de carácter reivindicativo en favor de Menorca y el sentimiento balear.A la hora de la movilización, las 13 horas, absolutamente nadie había acudido a la llamada.
S’Esplanada ofrecía a esa hora el aspecto de un día festivo con gente paseando, niños en el parque público con sus padres y el correspondiente mercado ambulante al ser jueves. Nada más. Sólo bastantes minutos después hicieron su aparición seis personas enarbolando una pancarta reivindicativa que apenas permanecieron allí unos minutos.
La fecha de esta concentración obedecía no tanto a que se celebre el Día de les Illes Balears como a que el 1 de marzo de 1810 los menorquines expulsaron de la Isla a los gobernantes españoles que habían llegado en 1802. Este episodio histórico lo recuperó del olvido Andreu Murillo y Garcia quiso que fuera el eje de una concentración silenciosa y sin discursos.
Sin embargo, a los pocos días de anunciarse, varias personas con las que el miembro del IEC había contactado para coorganizar el evento rechazaron participar en la concentración por diferencias con el organizador. Incluso Esquerra Republicana-Menorca daba a conocer el día antes un comunicado en el que recalcaba la importancia de la revuelta de 1810 pero descartaba participar en el acto por la actitud del organizador de defender la idea balear y no sólo menorquina.