No reciben subvenciones y, si quieren continuar con su labor, no les queda otra que ir organizando actividades para conseguir el dinero necesario para sufragar los gastos de material, comida y cuestiones veterinarias que representa el bienestar de los animales abandonados que recogen. Y eso que están tejiendo, de forma económicamente desinteresada, una interesante red de voluntarios, casas de acogida y de adopción, que también asumen buena parte de los gastos.
Si nos ceñimos al año pasado, únicamente a perros y a la Protectora d’Animals de Ciutadella, fueron 80 los canes que dieron en adopción en 2015, habiendo gastado, durante ese período, unos 6.500 € en temas veterinarios y 12.000 € en alimentación y material, haciéndose cargo de casos similares al que les contábamos tan sólo hace un par de días sobre el abandono de 7 gatitos recién nacidos junto a un contenedor de basura en Ciutadella.
Una de las actividades que llegará este domingo 17 de abril, en este caso con el doble objetivo de recaudar fondos para la Protectora d’Animals de Ciutadella y también para intentar conseguir familias adoptivas definitivas para perros que aún carecen de ella y que están ahora en acogida, será la Feria de Adopciones que, de 10 a 15 horas, han organizado en el centro de jardinería Truvi de la carretera de Cala Galdana.
Además de actividades infantiles como ‘boti boti’, del mercadillo, de la ya clásica fideuà popular (5 €) y de algunas actuaciones como la de la cantante Índigo, durante la jornada, a las doce del mediodía, tendrá lugar una pasarela de perros, para que los interesados puedan conocerlos previamente y, a su vez, dar visibilidad al problema existente en Menorca con el abandono de perros en la perrera o incluso en la calle.
Uno de los casos más recientes, aunque ésta ya cuenta con una familia adoptiva, es el de la podenca Linda, que fue abandonada con 10 años y en un estado de delgadez extrema, llena de parásitos y con una importante infección de matriz. Linda fue rescatada de la perrera por los voluntarios de la Protectora y, tras su paso por una casa de acogida temporal y por una exigente operación veterinaria (todo ello tras unos gastos de unos 400 €, únicamente en este caso concreto), fue adoptada definitivamente. En estos momentos, la vida de Linda ha cambiado radicalmente, está sana y se la ve feliz.