Los emoticonos han llegado incluso a las esquelas y una menorquina ha sido la pionera. Carmen Bustamante Barangó falleció en Barcelona a los 75 años aunque en su esquela indicaba claramente que su isla era Menorca. Especificó muy claramente que no quería ningún símbolo religioso en el anuncio de su defunción y optó por un simpático dibujo.
Bustamante invita a celebrar un acto de homenaje en el tanatorio barcelonés de Les Corts este domingo a los familiares.
La esquela del emoticono ha merecido una noticia de El Periódico de Catalunya que puede leer aquí.