Los expertos llevan días observando el grado de maduración de la uva chardonnay en la zona de San Luis. Y han dado la orden de empezar a vendimiar. El azúcar que lleva el grano de uva es el idóneo para empezar el proceso que convertirá el mosto en vino blanco. Y la actividad no parará hasta recogerlo todo, solapando unas cepas con otras. Después de las fiestas de Maó se empezará con la recogida de la uva negra para hacer los tintos.
Desde que arrancara la fiebre por la elaboración de buenos vinos en la isla, se ha ido incrementando cada año la superficie de cultivo, se ha mejorado la calidad de los caldos, se han comercializado más botellas y muchas de ellas han viajado por el mundo para dar a conocer los singulares vinos de la isla. Y como la meteorología ha sido benévola y el riego por goteo ha burlado la sequía de lluvias, los entendidos aseguran que ya se puede augurar un excelente 2016 para la comunidad vitivinícola de Menorca.
Los datos no dejan lugar a dudas. En el último año se han dado permisos para dedicar 25 nuevas hectáreas al cultivo de vid, cuando ya se destinan 75. Es una apuesta clara por otra opción de rentabilizar el campo y que rompe con el monopolio que había aún en los años 90 del sector láctico. De hecho, más que un esfuerzo por diversificar, es una vuelta a los orígenes puesto que antes de la irrupción de la industria ganadera, en Menorca sobre todo se cultivaba viña.