“Dalt Sant Joan está todo encharcado y se desmorona por momentos, está todo lleno de cartones mojados y cascotes en las escaleras de la calle”. Así resume una paciente el estado que presenta uno de los centros de salud de Menorca tras casi 24 horas de precipitaciones continuadas y tramuntana con puntas de hasta 95 kilómetros por hora.
El temporal de lluvia y viento que sufre Menorca se ha cobrado, así, una nueva “víctima”, pero no la única. Paredes secas desmoronadas, ramas y árboles arrancados de cuajo, mobiliario urbano dañado, pequeñas inundaciones y calles anegadas son algunas de las consecuencias de la borrasca, cuyas consecuencias más destacables se han dejado sentir en las conexiones marítimas, por mor de olas de cinco metros.
En la Estación Marítima de Mahón numerosas personas estaban a la espera de que les informasen de su travesía hacía Barcelona, después de que el puerto se cerrase al tráfico pocas horas después de su reapertura, mientras que en Ciutadella el enlace con Alcúdia se ha cancelado, y el de Barcelona se ha retrasado en vistas a una mejora de las condiciones meteorológicas.
En el catálogo de incidencias, destacar, asimismo, la pérdida de un líquido deslizante por parte de un camión en la Costa des Vergers, el acceso a la rada desde el polígono industrial de la ciudad de Levante, lo que ha obligado a la Guardia Civil a actuar para evitar que la sustancia mezclada con el agua pudiese provocar complicaciones en la circulación.