El Picudo Rojo de las Palmeras, Rhynchophorus ferrugineus, se ha extendido de manera preocupante en los últimos años por todos los países del Arco Mediterráneo, atacando un gran número de palmeras, siendo la palmera canaria (Phoenix canariensis) la más afectada. Los síntomas que presenta una palmera afectada por este escarabajo son: asimetría de la copa, decaimiento de las hojas, y debilitamiento de la parte central.
El protocolo de actuación una vez localizado el ejemplar y confirmado que se trata del Picudo Rojo es tratar la palmera con una primera dosis de clorpirifos, cortar la parte afectada, incinerar en la planta de tratamiento de residuos de Es Milà e inspeccionar las palmeras de los alrededores. Estos insectos demuestran una gran capacidad de colonización dado que pueden mantener vuelos de hasta cinco kilómetros. Pero según el biólogo Pere Fraga podría estar desarrollando una cierta inmunidad a los tratamientos de productos químicos.
El censo de palmeras de Menorca era de 26.107 en 2013, pero el avance del insecto ha diezmado su número, sobre todo en el levante insular.