Una fría mañana de un 4 de febrero de 1771, el mismo año en el que se iniciaba la ambiciosa reforma del hospital de la Isla del Rey, el general John Moystin rubricaba el bando que haría desaparecer los restos del antigo grupo de casas que estaban a la sobra de las murallas del castillo de San Felipe. Allí vivían hacinados los obreros de tal magna obra de ingeniería militar. Pero no era la mejor ubicación y por eso el gobernador accidental de Menorca dió via libre a la construcción de lo que hoy conocemos como Es Castell. 245 años después el consistorio villacarlino conmemora ese momento con la ya tradicional fiesta donde se hace homenaje a un linaje vinculado a la población. Este año ha correspondido a los Preto. Tal como explicó el miembro del IME Xavier Martín en su conferencia, hay Preto en el mundo de la pesca, de la política y muchos otros ámbitos de la vida local. Águeda Preto Pou que regentaba la Fonda Es Castell (conocida popularmente como Cas Sastre) recibió una placa conmemorativa en este acto.
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