Apenas contaba 19 años. Era suplente en el Manresa, en LEB Oro, y sobre su carrera pesaba el miedo de quedarse estancada, como la de tantos otros.
Pero el 10 de mayo de 2007 el Real Madrid anunciaba la contratación de Sergio Llull, que de forma inesperada llegaba al club blanco para reforzar al equipo de Joan Plaza de cara a los play offs.
Unos meses después, lograba su primera liga ACB.
Nadie podía imaginar que aquel chico menorquín, imberbe y de pelo largo, iba a ser una década después el gran icono de la sección de baloncesto del Real Madrid y un jugador codiciado por la NBA.
Se cumplen este miércoles 10 años de la llegada de Sergio Llull al Real Madrid. Desde su aparición, todo ha sido progresar y encadenar un título tras otro.
La carrera de Llull va ligada a su paso por el Madrid, pero también a una ristra de tiros imposibles, de canastas decisivas y del grito de guerra que emana del Palacio de los Deportes: “Llull, Llull, Llull…”