“Es muy duro, pero estás haciendo aquello que siempre ha soñado”. Con esta sensilla sentencia, Didac Costa, el navegante barcelonés que ha logrado concluir la durísima Vendée Globle, la Vuelta al Mundo a vela en solitario, sin escalas y sin asistencia, definió con claridad su experiencia en esta aventura y el carácter que le ha llevado a completar la que es, sin duda, la prueba deportiva más dura del mundo.
Didac Costa, que impartirá una conferencia sobre su hazaña en los salones del Club Marítimo de Mahón mañana viernes a las 20,00 horas, es un hombre de sentencias, pensamientos que emite con la misma tranquilidad y rotundidad con las que se enfrenta al mar, dos aspectos tan necesarios como vitales en situaciones extremas. “La verdad es que estoy bien en el mar, afrontar una tormenta o los problemas técnicos que surgen en navegación forman parte del juego, del reto”. Y no hablamos de romper una driza a una milla de puerto en una regata con triángulo olímpico. Hablamos de que un rayo caiga en tu barco en una tormenta en medio del Atlántico, lidiar con una vía de agua en el Pacífico, o pasar dos meses navegando sin ver tierra.
Su espíritu aventurero le hace recordar aquello que le produjo placer y minimizar los riesgos y peligros que sufrió en su vuelta al Mundo. Didac Costa recuerda que “hay muchos momentos que quedan grabados en la retina, como el día de la salida con el canal abarrotado de gente, pasar el Cabo de Hornos, después de dos meses sin ver nada que no fuera agua, el paso por el Estrecho de Lemaire, salidas y puestas de sol en medio del océano, y sobre todo la llegada. Ese día no lo olvidare”
Costa, bombero de profesión y que aspira a convertirse en navegante profesional, llegó al punto de partida tras dar la vuelta al mundo 108 días de que zarpase de les Sables de Olonne (Francia) tras un sinfín de desgracias que a punto estuvieron de costarle la carrera. El regatista catalán contará en su conferencia todas sus vivencias en esta prueba personal de superación que empezó unos 40 días antes de la salida. A las dificultades económicas que acompañaban desde el inicio al proyecto, debidas a la falta de un gran patrocinador, se sumó la caída de un rayo en el palo de su embarcación, el ‘One Planet One Ocean’ solo 40 días antes de la salida en les Sables de Olonne (Francia). Gran parte de la electrónica quedó dañada poniendo en jaque al proyecto. Una llamada desesperada a través de un crowfounding permitió recaudar los fondos necesarios para poner el barco en la salida con los mínimos imprescindibles para afrontar un reto de estas características.
Didac Costa lo tenía muy claro desde el principio a pesar de que “el proyecto atravesó dificultades ya desde su inicio. Sobre todo financieras. Las superamos gracias a mucha gente que nos apoyó, que quiso que esta historia saliera adelante”
Para todo eso, Didac Costa tuvo incluso que hipotecar su casa e invertir los ahorros de su vida para lograr un presupuesto mínimo de 300.000 euros para cumplir su sueño. Con todo resuelto, tomó la salida salida con otros 28 participantes, pero solo una hora después, Didac se dio cuenta que algo iba mal: el interior del barco estaba inundado. No quedaba otra opción que volver a puerto y tratar con su equipo de reparar los daños en el mínimo tiempo posible. y fue entonces cuando jugó un papel fundamental la solidaridad de los bomberos de les Sables d’Olonne (Didac es bombero) poniendo a disposición del equipo los recursos humanos y materiales para volver a la competición lo antes posible. Una cosa tenía clara Didac Costa: “No podíamos fallar a la gente que nos apoyó cuando cayó del rayo o sufrimos la inundación. Cuando te comprometes hay que llegar hasta el final”.
Didac zarpaba definitivamente 4 días más tarde que el resto y empezaba poco a poco una remontada que le llevaría a la 14ª posición después de pasar 3 meses y medio luchando contra los elementos y las averías de surgían a bordo de su viejo velero.
Pero el navegante catalán no es un loco. Su preparación fue dura y de vardios años. “Supongo que para hacer la Vendée Globe es bueno quemar etapas: antes hice la Mini transat, una vuelta al mundo a dos (Barcelona World Race) y navegación en clase Figaro. Coges experiencia, y acumulas días de mar en solitario”. Pero sobre todo, “haber hecho dos años antes la BWR (mismo recorrido) a dos y en el mismo barco me permitió afrontar la Vendée Globe con cierta confianza a pesar de contar con medios y tiempo escasos”.
108 días en el mar, solo ante los elementos inmisericordes, sin ayuda, con un objetivo, días enteros sin dormir, con las fuerzas y los víveres al límite. “En tres meses hay días de todo. A veces el cansancio influye en el estado de ánimo, pero siempre pesa el hecho de que estás haciendo aquello que has soñado y por lo que has luchado”