Por Adolfo Alonso.
Antes de lo que esperaba, llegó.
Me voy a copiar a mí mismo, parcialmente, para lo que no me hayan leído,
Hace una semana escribí en “Menorca al día” un artículo, “El fiscal destogado”. Allí decía :“También por la propia mecánica de derecho a la defensa, tal y como se entiende en España, existen varias diferencias sobre la verdad. Verdad material, verdad formal, verdad jurídica, verdad tipológica delictiva, verdad psicológica pero no jurídica, verdad informativa o periodística, busquen más verdades, o post verdades, y las encontrarán.”
“El lugar en donde está la última palabra es en el estrado. Lo trabajado o investigado con anterioridad no deja de tener un valor indiciario, mas no de prueba plena. Esta ha de ser conseguida en un único acto, pleno de oralidad y de inmediatez. Por inmediatez se entiende la presencia personal directa de los jueces que han de dictar sentencia con las pruebas que se practican en ese acto ritual del juicio.”
“En este contexto, el que los jueces hayan entendido que existen indicios de que el Fiscal General del Estado es autor, en la forma de autoría que sea, de una filtración de datos que afectan al secreto profesional, es terrible para el sistema democrático y por supuesto para la práctica de la abogacía, por la pérdida de confianza que supone en el sistema de trabajo”
“La existencia de indicios en un proceso penal, excede a la mera sospecha. Por la sospecha no se abra juicio, se investiga por la UCO, por los indicios sí. Se llega a juicio, no por la sospecha, sino por unos indicios, que, en este caso, necesariamente han de ser sólidos, por la importancia institucional del acusado.”
“La escenografía del Supremo no se pone en marcha de forma superficial o baladí.”
“Se llega aquí no por cuestiones políticas sino porque se ha considerado suficiente lo que había para llegar. Y este es un hecho, de por si, gravísimo. Algo hay, seguro. Que este algo no sea verdad penal y no lleve a la condena, es lo más deseable para cualquier acusado, incluido el fiscal general del estado, pero desgraciadamente no es lo más deseable ya para nada.”
“La imagen de todo esto no es si es culpable o no, la imagen es que no está jugando limpio, ni personal ni institucionalmente el Fiscal General del Estado, y esto es al margen de si es condenado o no.”
“Durante estos días hemos vivido también los sesgos de la prensa en la búsqueda de la condena o la absolución. El mundo y el ABC, están buscando resaltar todo lo malo y se alegrarán de la condena. El País y TVE, especialmente el programa de la noche de comentario de la actualidad dirigido por Xabier, están por todo lo contrario”
“Se ha cerrado el juicio y declarado visto para sentencia. No he buscado ni la condena ni la absolución, verdaderamente me dan igual las declaraciones. Me he quedado más, en otra verdad, en la política, en los gestos, porque los gestos implican valores, y los valores implican actos. Para mí el juicio sin saber el resultado, entendiendo por juicio, todo un proceso que ha durado tiempo, ya está resuelto.”
“La frase para la historia, de este proceso, está muy en la línea de la post verdad, la dijo el Fiscal General del Estado.: “A la verdad no se la filtra”. Traducido, es verdad luego no hay filtración ni revelación de secretos, o sea el fin justifica los medios. Lo que no explicó el fiscal es que entiende por verdad y por filtrar.”
“Y ahora hasta el debate sobre la condena o la absolución que nos espera. Que pereza.”
Dicho esto el sábado de la semana pasada, me encuentro el jueves de esta semana con una cosa rarísima, y de forma inmediata estoy metido en la pereza del debate anunciado. No soy yo el que se mete. Se mete todo el mundo. Esto, a un humilde observador rocoso de 'sa roqueta' como yo, me deja poco que decir. Pero bueno, algo tengo para acotar.
Lo que ha pasado, aunque yo haya acertado es atípico, raro o anormal, y permite todo tipo de especulaciones. ¡Qué le vamos a hacer! Torpes han sido en el Supremo, como mínimo en la forma de gestión, pero seguro que sus razones han tenido y se me escapan. Me gustaría saberlas. Si yo decía que no creía en el 'lawfare' judicial puedo seguir sin creer, pero esto no ayuda a que mi pensamiento sea mayoritario en la sociedad. Podrían pensar un poco los magistrados, que han debido tener un lio interno monumental, además de pensar jurídicamente. Tampoco están tan por encima del bien y del mal los jueces como para no tener un poquito de tacto y ayudar un poco en lugar de liarla. ¡Vaya si estaba resuelto el juicio¡ Tan resuelto que, hasta sin fundamentos jurídicos, se comunica que el fiscal general ha sido condenado. Esto es atípico en las decisiones de los tribunales de justicia. Lo habitual es que un ciudadano normal se muera esperando una sentencia, meses. Aquí, en menos de una semana y empezando la casa por el tejado, y un tejado con goteras porque hay dos jueces que han mostrado disconformidad aunque no sabemos ni por qué, se le condena y sin saber los motivos de los dos votos particulares. Me gustaría que alguien explicase esto, por sanidad jurídica y judicial, y también institucional.
En resumen, que cuando se le metió “p´alante”, como algún conspicuo dijo, estaban muy seguros de lo que había o de lo que habría al final. Miedo me da. En esta tesitura, pensar que el juicio, como también dije, ha sido una representación dramática alejada de la justicia, es difícil de rebatir. No es tanto una cuestión de razón sino de fe. Me importan poco las reacciones del Gobierno, las del PP y las locuras de Podemos y la extrema izquierda, igual que las de la extrema derecha. Unos dirán que creen en la Justicia y en la separación de poderes, pero no se fíen porque si las cosas les fueran duras, en el futuro dirían lo contrario de lo que ahora dicen. Era una imprudencia mantener al Fiscal General del Estado desde el momento en que se le sentó en el banquillo, podía pasar esto y si pasaba era un incendio al que no se le habría puesto cortafuegos. Apostar por él a ciegas fue otra imprudencia, como sería una imprudencia comentar ahora la decisión. No sabemos las razones, no sabemos los porqués, luego solo podemos ser cautos como juristas. Aquí lo que estaba en cuestión era el secreto profesional, para que los profesionales del derecho podamos trabajar seguros, y la UCO. Da igual si se filtró un email, quien fue el primero, o si se sacó una nota desde Fiscalía, con contenido restringido y bajo secreto profesional. Los dos son temas vidriosos y cortantes. Yo no puedo meterme en saber si hubo una intencionalidad política o servil o de vasallaje de hacer un favor chivato al jefe, sea quien sea el jefe. Un peloteo vamos, de un pelota que es-era-es.
Tampoco le puedo reconocer a Ayuso, ningún triunfo por esto. Por ahora está saliendo de los bombazos, pocos he de decir, van dos, que han caído en su posición, pero mantener relación en la familia con personas que han defraudado a Hacienda o que andaban con negocietes, que llevaron a la defenestración a Pablo Casado, no es muy edificante. Le está ganando la partida a Feijóo, pero tampoco ella es muy ilusionante dentro de un PP cargado de corrupción a día de hoy.
Este gobierno está sufriendo demasiado, y el partido socialista más. Paje sigue ahí, reclamando que el PSOE vuelva a ser el PSOE, y el colectivo Fernando de los Ríos, se pone a caminar, en la misma línea, de forma discreta.
El básquet que tanta afición arrastra, es limitado, como todo deporte y todo partido. Hay que pensar que quizá las lesiones de los jugadores no permitan seguir jugando más por falta de banquillo y de balones, o que los cedidos vuelven a sus equipos a jugar. Tirar la toalla, este es el tema. Tampoco pasa nada por abandonar, simplemente se pierde un partido o la liga. Mejor perder y recuperarse que arrastrarse por la cancha agónico.
En lo demás no entro, volarán verdades materiales formales, editoriales, palabras, gracietas y barbaridades. Me da pereza si, más de la que me parecía que tendría.
