El hallazgo de dos estructuras de combustión en el exterior de las navetas de habitación del yacimiento arqueológico des Coll de Cala Morell, en Ciutadella, ha desatado todo tipo de conjeturas entre los investigadores. El descubrimiento se realizó a mediados de octubre en la que ha sido cuarta campaña de excavaciones del proyecto arqueológico ‘Entre Illes’, que además de ese yacimiento menorquín también estudia el asentamiento de sa Ferradura de Porto Cristo (Mallorca), ambos de la edad de bronce.
En las anteriores campañas se habían descubierto sendos ‘fogones’ de piedra en el interior de dos (las únicas excavadas) de las trece navetas contabilizadas en ese recinto costero fortificado del norte de Ciutadella. Ha sido en el exterior de una de esas navetas que se han excavado donde han sido halladas esas dos estructuras de combustión, algo poco habitual. Y más aún si le añadimos el hecho de que a su alrededor no han sido encontrados, por ahora, restos de fauna alguna, que descartaría que en esas estructuras se prepararan alimentos. Uno de los puntos aún por investigar para eliminar del todo esa hipótesis de que sirviera de preparación de alimentos es a través de los sedimentos de la zona, por si pueden hallarse o no semillas u otros elementos que aportaran nuevos datos.
El yacimiento des Coll de Cala Morell está integrado por trece navetas de habitación, dos de ellas restauradas y consolidadas, y se articulan entorno a dos ‘lagunas’, en principio creadas para la recogida de agua procedente de la lluvia, con una estructura de planta de tendencia cuadrangular en la parte más alta, que es una parte de lo que se pretende excavar en futuras campañas. El hecho de que en ese recinto rocoso y de difícil acceso haya podido constatarse que en su momento, hace unos 3.500 años, estuvo habitado por una población permanente y que sus habitantes construyeran una muralla para protegerse o defenderse de un supuesto peligro venido del interior de la isla y no desde el mar, añadido ahora a las incógnitas de la función de esas estructuras de combustión salidas a flote, han cuestionado lo que hasta ahora parecía una verdad irrefutable: que en esa época pretalayótica existía una sociedad que vivía de forma pacífica y sin conflictividad social. Eso sería así o no…
Se calcula que el asentamiento de Cala Morell estuvo habitado entre los años 1.600 y 1.400 antes de Cristo, siendo abandonado entre los años 1.400 y 1.200 antes de Cristo. El proyecto arqueológico ‘Entre Illes’ ha sido auspiciado por el Consell de Menorca, los ayuntamientos de Manacor y de Ciutadella, y la asociación Amics del Museu d’Història de Manacor. Sus codirectores son los arqueólogos menorquines Antoni Ferrer Rotger y Montserrat Anglada Fontestad y los mallorquines Damià Ramis Bernad y Magdalena Salas Burguera.
(Fotos Equip Entre Illes)
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