La Navidad y el Año Nuevo son las fiestas más importantes del año para el mundo occidental. Están relacionadas con la unión familiar, la felicidad, la esperanza, la solidaridad… Sin embargo, para muchas personas, estas fiestas son vividas con mucho estrés y ansiedad. Salen a relucir sentimientos como la tristeza, la añoranza y la soledad. También suelen surgir conflictos familiares, celos y envidias.
La ausencia de seres queridos o el reencuentro con parientes poco apreciados, son algunas de las situaciones más comunes que generan tensiones en estos días tan especiales por la carga cultural, emocional, psicológica y social que encierra la celebración de la Navidad. Por lo general, en Navidad estamos más sensibles y todo se vive con mayor intensidad.
Las familias han de lidiar con una serie de decisiones sobre dónde y con quién pasar las fiestas, qué regalos hacer, quién se encarga de las compras… Unas expectativas demasiado altas para estas fechas que pueden generar desilusión y frustración.
Si habitualmente experimentas tensión en otras áreas de tu vida, la temporada navideña puede ser un factor añadido que puede aumentar tu ansiedad. Sin embargo, las mini-vacaciones también pueden ser una oportunidad para mejorar su bienestar psicológico. Es importante anticiparse a lo que vendrá, de este modo lograremos disminuir la carga de tensión y el nivel de ansiedad que nos generan las fiestas.
ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS:
- Cuando existe la presencia de conflictos familiares, toda la familia debe colaborar para intentar evitarlos. En muchos casos, es necesaria la intervención de un tercero que ejerza de mediador: padres, hermanos, tíos…
- Durante las reuniones familiares, si hay dos miembros de nuestra familia que no se llevan bien, conviene ubicarlos en sitios distantes de la mesa.
- Evita cualquier tema de conversación que pueda terminar en una discusión. Es mejor hablar sobre temas neutros y agradables. Interésate por las personas, cómo están, qué están haciendo, cuáles son sus proyectos.
- Hay que tener cuidado con el consumo de alcohol porque desinhibe y puede generar problemas. Puede llevarnos a decir o a hacer cosas de las que luego nos arrepentiremos.
- Debemos procurar evitar los comentarios subidos de tono, las ironías, el sarcasmo. Mejor emplear un lenguaje simple que transmita tranquilidad y armonía.
- Da vuelta la página, pide perdón y perdona, procurando dejar en el pasado los conflictos emocionales y todo aquello que te aleje de tus seres queridos.
- Pon el foco en lo que suma, en lo que sí tienes, no en lo que te falta.
- Si la lista de deseos de tus hijos está fuera de tu presupuesto, habla con ellos, explícales que un regalo más caro no significa una mayor demostración de amor.
- Presta atención a los que están contigo, valóralos y dedícales tiempo. Ese será el mejor regalo.
- Tiempo para descansar y desconectar: Haz cosas que disfrutes, descansa, mira una película, sal a tomar algo con aquel amigo que hace tanto que no ves, llama a aquella tía a la que echas de menos, da un paseo por la playa…
- Dona, participa, ayuda, sé solidario.
- Quítale atención a lo material y sé un despilfarrador de cariño y buenas acciones.
- Plantéate un objetivo para el año que está a punto de comenzar, realiza un plan de acción y actúa en consecuencia. Sé el protagonista de tu vida.
- Los móviles en la cajita – no en la mesa: antes de sentarse en la mesa a comer o cena, se informa a los invitados de que los móviles deberán quedar dentro de una cajita, creada especialmente para que no interrumpan nuestro encuentro. Estamos creando una campaña, y muy pronto la compartiré en mi Facebook profesional (Psicóloga Gabriela Paoli).
Si a pesar de esto no logras controlar tu ansiedad, busca apoyo. Recurre a familiares o amigos e intenta compartir lo que sientes. Si aún así sigues sintiéndote abrumado, recurre a un psicólogo para que pueda ayudarte a gestionar el estrés.
Comment