Chiringuitos, hoteles y chiringuitos de hotel


Si Son Bou es playa de playas, sus chiringuitos de playa no lo son menos. Tanto para comer como en plan informal, sin olvidar que son eso, chiringuitos: lugares muy deseables y deseados, tanto para el turista como para el empresario. Aquí lo que prima es el día de playa, pero en común con los bares de ciudad tienen la gran afluencia y lo que enganchan. En un día de verano, tan encima de la arena, del sol a la sombra, del agua a la tumbona, de repente, como si tal cosa, apetece un refrigerio y uno se acerca a la barra, encuentra gente, se pide otra se toma unos picas y ya está enganchado.
Es solo cuestión de tiempo el elegir la mesa preferida, planear con quién se hará la próxima paella con el bañador mojado para ir descubriendo al pasar de las horas y los días la fauna humana que compone el crisol de frecuentadores del lugar. Ahí nacen las historias, los amores de verano. Quien está en un hotel conoce al que vive en la capital. Pieles blancas, rosadas, morenas, tostadas, risas, sonrisas, otra cervecita, el plan para esta noche… ¿te acompaño? ¿me acompañas? ¿vendrás por aquí mañana? ¿hasta cuándo te quedas? ¿te recojo en tu hotel? ¿a tu casa dices? ¿es la primera vez que vienes? ¿unos gintonics en la piscina después? ¿queréis venir? ¿vamos? ¡Vivan los chiringuitos y viva el verano!

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