Los niños de Alaior celebraron ayer “sa Fanalera” al convertir 300 sandías en farolillos con los que iluminar las calles de la población. Esta actividad, lúdico-recreativa, marca el fin del período de vacaciones escolares, supone la recuperación de una antigua tradición que se celebraba en el municipio y cuenta con gran aceptación de las familias .La fiesta consiste en la elaboración de faroles artesanales. Para ello se emplean sandías de pequeño tamaño, desprovistas de su pulpa. En ese recipiente se coloca una velita, cuya tenue luz es visible desde el exterior.
Cuando la totalidad de niños y niñas, ayudados por sus padres, tuvieron su farolillo una comitiva recorrió el centro de la población. A medida que avanzaban se iba apagando el alumbrado público en todo el itinerario, de manera que el efecto resultó mucho más impactante y vistoso.