Como sabe el lector, el general Prim en su calidad de Inspector de Ingenieros del Ejército, acompañó a la reina Isabel II en 1860, en la inauguración de la Fortaleza de La Mola. Eran tiempos en que dos grandes potencias –Inglaterra y Francia- aun incluían a nuestra Isla en sus planes estratégicos: la primera para continuar protegiendo su tráfico comercial por el Mediterráneo; la segunda -que llegó a proponer adquirir la Isla del Rey de nuestro Puerto de Mahón- para asegurar sus comunicaciones con Argelia.
La Sociedad Bicentenario General Prim (1814-2014) nació en 2011 con vocación de convertirse en “ foro intelectual que recogiese el sentimiento de la sociedad civil, en sus aspectos políticos , militares e ideológicos, en torno a la unánime voluntad de recuperación de la memoria del general Prim , uno de los personajes mas interesantes de nuestra historia”. Prim fue un liberal , un espíritu políticamente inquieto, un demócrata; leal a sus principios, a su origen catalán y a su amor por España, a la cual engrandeció internacionalmente.
La conmemoración del primer centenario de su nacimiento, se vio empañada por el estallido de la Primera Guerra Mundial. La Sociedad Bicentenario General Prim ha intentado que no se repitiese la situación, queriendo ser motor aglutinador, animador, estimulante, canalizador de iniciativas particulares e institucionales. Ha encontrado una buena base de apoyo en la Corona, en el Congreso de los Diputados, en el Estado Mayor del Ejército ,en Acción Cultural Española y en la propia Cataluña, especialmente en el Ayuntamiento de Reus, la Diputación de Tarragona, el Fomento de Trabajo y un significativo grupo de empresas.
Entre todas las actividades programadas, figuraba la de plasmar en una obra de teatro lo que fueron aquellos trágicos días de Diciembre de 1870 en que se produjo el magnicidio del entonces Presidente del Gobierno. El General resultó herido en la tarde del 27 saliendo del Congreso de los Diputados y moriría a consecuencia de las heridas , tres días despues. Pensamos, que la edición de libros –el Congreso reprodujo con comentarios de especialistas, todas sus intervenciones parlamentarias-,las exposiciones –a día de hoy hay tres abiertas en Reus, en el Museo del Ejército del Alcázar de Toledo y en la sede del Fomento de Trabajo de Barcelona- necesitaban el complemento de representaciones mas vivas como el cine, la televisión o el teatro.
A este último aspecto responde la obra que se va a estrenar en Mahón el próximo domingo día 28 de Diciembre:”Tres días de Diciembre”
El texto lo encargó la Sociedad Bicentenario a un conocido dramaturgo , Premio Nacional de Teatro, Borja Ruiz de Gondra. Debía estrenarse también en estos “tres días” en el Teatro Español de Madrid. Con todo un enorme trabajo hecho, se desistió por problemas especialmente presupuestarios. Cuando en una reunión de la Sociedad celebrada en el Monasterio de Poblet presidida por el entonces Príncipe de Asturias, hoy nuestro Rey Felipe VI, se informó sobre la imposibilidad de su estreno en la Capital, el Alcalde de Reus , nuestro buen amigo Carles Pellicer, que ha hecho con su equipo un trabajo enorme, se ofreció a representarla en su dinámica y hospitalaria ciudad. A mi me faltó tiempo para decir: “si lo hace Reus, lo hacemos en Mahón”. Tenía en mi cabeza el buen hacer de los grupos de teatro que tiene Menorca-creo son 19- pero sobre todo, la confianza en una persona a la que considero especialmente dotada para el teatro: Juan Cubas. Juan nació en un escenario, recorrió media España con uno de aquellos teatros que difundían Cultura , con mayúscula, –Hermanos Largo- y que acabó afincándose en Menorca. Referir todo lo que ha hecho aquí llenaría otro artículo . Lleva cinco meses trabajando duro con una actriz –Virginia Díaz- y otros cuatro actores –Francisco González, Javier Galindo, Javier Garcia, y Javier Espín- cada uno en un doble y difícil papel de presentarnos el drama interpretado en clave de su tiempo –Diciembre de 1870- y en clave actual-Diciembre 2014-. Como le dijimos al autor, el libreto es magnífico, bien fundamentado, con un lenguaje preciso y precioso, pero muy difícil de representar, dados los distintos papeles –y vestuario- que debe interpretar cada actor. He transcrito sus nombres porque merecen nuestro reconocimiento, máxime cuando lo hacen voluntariamente, sin el menor ánimo de lucro.
Podría extenderme sobre lo que rodea la conmemoración del Bicentenario y sobre la obra de Ruiz de Gondra. El lector podrá comprobarlo este domingo en el propio Teatro Principal, en el estreno extraordinario de carácter nacional de una obra contemporánea, viva, polémica, crítica, esencial para conocer la historia de nuestro agitado siglo XIX y las consecuencias de aquel magnicidio, que bien podemos decir, han llegado hasta nuestros días.
