Marko Tusek, ala pívot esloveno que jugó en el Menorca Bàsquet en la temporada 2007/08, ha desvelado en una entrevista que vive en una situación dramática después de años como deportista de elite.
Tusek, que llegó a la Isla en agosto de 2007 procedente del Unicaja y que fue cortado en el mes de octubre de ese mismo año, ha explicado que vive con apenas 300 euros al mes, su adicción al juego y que no ve a su primer hijo fruto de una vida muy agitada.
En declaraciones a Ekipa24, el exjugador de 39 años asegura que “mi primera esposa me llevó a los tribunales por la pensión alimenticia. En 2005, cuando me divorcié, le dejé básicamente todo lo que tenía: el apartamento y lo que había ganado hasta los 28-29. Se llevó el dinero de mi cuenta, cerca de 100.000 euros sin ni siquiera saberlo”.
“Simplemente yo quería dejarlo porque las cosas no funcionaban. Hasta que tuve dinero para pagar, todas las cosas iban bien. Ahora, hace que no he visto a mi hijo durante muchos años. Mi ex mujer dice que no puedo verle y le ha contado a la policía que no pago la pensión. No puedo ir a Eslovenia. Si vuelvo probablemente iría a prisión. Me están buscando”.
Tusek lleva más de tres años alejado de las pistas y ha sacado a la luz sus difíciles condiciones de vida: “Vivo muy humildemente, en una situación que nunca habría imaginado. Invertí mi dinero donde no debía. Todo el mundo trata de hacer algo después de dejar de jugar para poder vivir el resto de tu vida. Yo invertí en inmuebles y servicios de atención médica, pero no funcionó. Cuando pago todas las facturas nos quedan 300-400 euros para vivir”.
El esloveno también ha admitido que “aposté mucho en mi carrera. Iba a los casinos. Perdí mucho dinero allí, sólo puedes perder dinero allí”.
Marko Tusek también ha hablado de sus problemas con una arritmia que le han impedido volver a las pistas: “Intenté volver a jugar al baloncesto para ganar algún dinero, pero aquí en Montenegro no hay dinero para el basket. Sólo el Buducnost. Ellos pensaban que yo era rico. No esperaba mucho, sólo ponerme en forma para ir a Asia o a Kuwait como Marko Milic y ganar un buen último contrato. Pero entonces mis problemas de salud reaparecieron: la arritmia que sufrí en 2005 cuando me divorcié. Los médicos me han dicho que no puedo jugar con ella”.
“Ahora vivo del salario de mi mujer”.
“Soy niñero. Cuando firmé con el Zeta pensé que podía ganar algunos euros para llevarlos a casa pero ellos no cumplieron lo que prometieron. Cuando tenía dinero compre tres inmuebles en Montenegro. Tengo dos apartamentos y una oficina pero no puedo venderlos. No hay interés. Tengo una clínica para curar hemorroides. Consigo 500 euros al mes con ello para pagar las facturas. Tengo un coche pero no puedo asegurarlo. Mi hermana me ayuda mucho, si no financieramente, me manda algunos vestidos para el niño. Igual mi hermano. Nunca voy a pedirles ayuda. Prefiero pedir por las calles. Voy a salir de esta crisis solo. Estamos en años difíciles, pero esto va a terminar pronto”.
“Estoy en problemas pero sé que lo superaré. Incluso en esta situación, soy feliz. Tengo un segundo hijo de 15 meses pero lo siento por Marko, que tiene 13 años y podría visitarme pero no lo hace. Estoy muy triste por ello”, concluye.