Los tiempos cambian y, con ellos, los usos sociales. Así, cada vez son más las parejas que obvian la antes obligada visita a la iglesia a la hora de oficializar su matrimonio, apostando por bodas civiles donde, además del escenario, también cambia el agente que invita a los contrayentes a darse el “sí quiero”. Del cura de toda la vida se pasa a un funcionario público -un alcalde o concejal- en la mayoría de ocasiones, aunque un capitán de barco o un comandante de un avión también pueden oficiar si el evento se coordina en sus naves.
Así, ocho de cada diez matrimonios en Menorca ya son civiles, según los registros del informe “Indicadors per a la diganosi social de Menorca”, presentado hoy en la sede del Consell. En el trabajo se confirma un aumento del 20 % en los últimos nueve años: pasando del 60 % registrado en el 2008 al 80 % del 2014 -último ejercicio analizado-. Seguramente el índice se habrá estabilizado -o incluso habrá crecido un poco- en los dos últimos años.
A su vez, los autores del documento exponen que en el año 2014 se produjeron tres matrimonios por cada mil habitantes en la isla, “lo que supone un punto menos respecto hace 10 años”. Sobre los números cuantitativos, en el trabajo se atestigua que “mientras que los matrimonios civiles se mantienen, los matrimonios católicos disminuyen de manera significativa.
208 divorcios
Otro de los apartados del estudio se centra en las rupturas de pareja. Así, en el año 2015 se produjeron en Menorca un total 208 divorcios, el 38% de los cuales no fueron consensuados. Esta cifra es superior a la de Mallorca (5 puntos) y es inferior a la Ibiza (2 puntos). “El número de separaciones son poco significativas, ya que sólo se produjeron seis en la isla”, apuntan los autores.
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