La presidenta de la Academia del cine Yvonne Blake anunció a Ana Belén que la consideraban merecedora de este Goya de honor. La carrera cinematográfica de la madrileña que ha tenido muchos años casa en el puerto de Maó es tan dilatada como la distancia que abarca las hojas del calendario entre su primera película, Zampo y yo hasta la última en la que apareció, La reina de España. Entre ambas distan 51 años de cine y una retahíla de premios.
En una entrevista concedida a la propia Academia que le concede el premio, explica que intentará que su discurso sea corto. “Aunque uno a veces no puede controlar las emociones”. Y reivindicará a “muchos compañeros actores que me han acompañado durante mi carrera”.
Lejos de ver este premio como un punto y final a su trayectoria, Ana Belén dijo sentirse llena de energía para continuar.
Me apetecería cualquier película que me ofrecieran, sobre todo una donde pudiera desarrollar un personaje rico, con muchas aristas. Me gustaría que me ofrecieran personajes como los que suelen hacer los hombres
Ana Belén expresó su deseo de trabajar algún día a las órdenes del director Pedro Almodóvar, con quien estuvo a punto de coincidir en proyectos para la gran pantalla en dos ocasiones pero que al final no fructificaron.