Una cuarentena de propietarios de embarcaciones de recreo en el puerto de Maó se han unido en una asociación para defender sus derechos ante lo que consideran postura abusiva que se da en el varadero. A ellos hay que sumar unos 60 patrones más que aún no han formalizado su inscripción pero que actúan conjuntamente con ellos.
La entidad que conforman, la Asociación de Navegantes de Menorca, ANAM, se presentó formalmente este viernes para exigir que se les tenga en cuenta a la hora de gestionar un espacio público como es el varadero.
La puesta en funcionamiento de la grúa en la zona ha ido acompañada de otras medidas como la prohibición de hacer trabajos de mantenimiento en los propios barcos y la obligación de contratar profesionales de las náuticas menorquinas. Para los miembros de la asociación de navegantes de Menorca parece que alguien quiere hacer dinero a costa de la gente normal.
Proponen como solución que les cedan parte de la zona que se utiliza actualmente para poder realizar las labores en sus barcos. Añaden también que la nueva grúa es para embarcaciones de gran peso que corresponden a un perfil de usuario de alto poder adquisitivo y no a “gente normal como nosotros que tenemos una pequeña nave de recreo que a lo mejor nos costó 6.000 euros de segunda mano”. Por ello añaden que si alguien quiere hacer negocio que lo haga con los dueños de grandes yates, no con los pequeños usuarios de toda la vida.
Sobre la opción de usar la explanada junto a la central térmica, la califican de “inviable”. Los motivos son varios. Por un lado sería necesario que la grúa cruzara el Cós Nou por donde hay tráfico rodado de vehículos con lo que comportaría. Por otro lado señalan que ese espacio no está acondicionado. Falta agua, electricidad, puestos para la recogida residuos o duchas y lavabos.