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“Regalar animales significa cosificarlos y promover la explotación”

Entrevista a la Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales

Una niña junto a su mascota.
Una niña junto a su mascota.

25 de diciembre, día para estar en familia y abrir regalos: juguetes, videojuegos, ropa, perfumes… Y en muchos casos, animales. La Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales pide parar, reflexionar y actuar. “Antes de comprar un perro o un gato y regalarlo, párese a pensar: ¿De dónde viene este animal? ¿En qué condiciones está -y estará- la madre? ¿Cómo terminará su vida?”. En una entrevista con mallorcadiario.com hacen análisis de esta industria y de las consecuencias para miles y miles de animales, así como del maltrato y acción judicial frente a éste.

– ¿Cuáles son las consecuencias de comprar perros, gatos y otros animales como regalo?

Muy negativas. En primer lugar, hay que tener en cuenta que un animal necesitará cuidados, dedicación y afecto durante muchos años. Por ello, hay que pensárselo mucho antes de regalar o adquirir un animal para uno mismo, ya que no todas las personas están preparadas y dispuestas a realizar ese sacrificio durante años. De hecho, ese suele ser el motivos de que muchos perros, gastos y otros animales regalados (sea en Navidad, o con cualquier otro motivo) acaben abandonados o, en el mejor de los casos, renunciados y entregados a perreras. Hay que tener en cuenta que solo en Baleares se calcula que se abandonan cada año miles de perros y gatos (más de cien mil en toda España), la mayoría en verano, cuando sus dueños se cansan del regalito de Navidad, que ha crecido, ya no es un cachorrito tan mono, y además molesta porque hace pis y caca.

En segundo lugar, el propio acto comprar animales tiene una doble consecuencia muy negativa. Por un lado, porque contribuye a la “cosificación” de esos animales, y promueve la explotación de hembras que son dedicadas a la cría de cachorros para la venta. Hembras que, en muchas ocasiones, están encerradas en auténticas grajas industriales de “producción” de perros y gatos, en minúsculas jaulas en las que apenas pueden moverse, sin ver la luz del sol en toda su vida, dedicadas a ser embarazadas y a parir durante años, mientras son útiles, hasta su muerte. Por otro lado, comprar animales es negativo porque (además de contribuir a la cría de animales para su comercio, antes referida) se impide tener una segunda oportunidad a esos miles de perros y gatos que languidecen y mueren en las perreras.

– ¿Se denuncian los casos del maltrato animal? ¿Hasta qué punto es necesario dar este paso?

Es fundamental. Es la única manera de poner fin al mismo cuando se tiene conocimiento de ello, y puede contribuir incluso a salvar las vidas de esos animales o a acabar con el sufrimiento que padecen. De hecho, en uno de los casos más recientes en los que hemos intervenido desde ABADA, como Acusación Popular, en el procedimiento penal seguido por maltrato contra un perro, se ha salvado la vida del animal. La denuncia de la persona que vio al animal en condiciones deplorables, hizo posible que el perro fuera puesto a salvo de forma inmediata y recibiera el oportuno tratamiento veterinario. Si esa persona hubiera pasado de largo, y, simplemente, hubiera pensado “pobre animal, no deberían tenerlo así”, el perro ahora mismo, estaría -probablemente- muerto.

Sin embargo, no sólo no está muerto, sino que vive en un hogar donde es muy querido. Y su nueva familia es afortunada de tenerle, porque (como casi todos los animales que vienen de una situación de abandono o maltrato) es un perro muy especial y muestra su agradecimiento de forma cotidiana.

– ¿Hay que personarse como acusacion popular o particular en los casos graves?

Es casi tan importante como denunciar porque es el modo de asegurar de que, muy especialmente en los casos de maltrato más grave, se pida para el maltratador la pena de prisión más alta posible y se solicite el cumplimiento efectivo de la misma.

– En Balears ha habido éxitos importantísimos en este sentido y ABADA estaba detrás de ellos.

Sí, los dos primeros casos en España en los que un condenado por maltrato animal ha entrado en prisión, se han producido aquí, en Baleares. Y en ellos nuestra asociación, ABADA, ejercitó la acusación popular y solicitó las penas de prisión que se impusieron.

Pero, lo que es más importante, en la fase de ejecución de sentencia desde ABADA nos opusimos a las solicitudes de suspensión de la pena de prisión, interesadas por la defensa de los condenados. A causa de ello, la juez encargada de la ejecutoria pudo desestimar la solicitud de los maltratadores, estimando los motivos de nuestra oposición, lo que posibilitó la entrada en prisión de la persona que mató al caballo Sorky a golpes en el hipódromo de Manacor (primera entrada en prisión por delito de maltrato animal en España, aunque no cumplió la pena íntegramente); y, así mismo, también posibilitó la entrada en prisión del hombre que dejó morir de hambre y sed a su perro en Palma (caso Mix), que fue el segundo ingreso en prisión que se produjo en España.

Por cierto, en este último caso (el del perro muerto de hambre y sed), la denuncia por maltrato la interpuso el hermano del propietario del perro (es decir, el que fue condenado por maltrato). Cuando la Policía llegó, el perro aun estaba vivo, pero no se pudo hacer nada para salvar su vida. Si la denuncia se hubiera producido unos días antes, posiblemente el perro todavía seguiría vivo.

– ¿Cuáles son los casos más duros que les hayan llegado durante los últimos meses?

Cada vez hay más gente concienciada, cada vez hay más denuncias y, por tanto, más condenas. Y cada caso es un paso adelante en esta lucha.

Son de destacar, por ejemplo, el caso del caballo “Sorky” y el del Caso del perro “Mix” (de los que ya hemos hablado antes), ambos desarrollados durante los últimos cinco años.

Actualmente, uno de los casos más significativos en el que estamos personados como acusación popular es el denominado Caso Cabriol (por presunto maltrato grave y dopaje a caballos en el ámbito del Hipódromo de Manacor).

Otro caso muy reciente (y de los más satisfactorios para nosotros, teniendo en cuenta su resultado final para el animal maltratado) es el relativo a un perro que estaba en una situación deplorable de abandono y maltrato (estaba enfermo y no recibía ningún tipo de atención veterinaria y, sencillamente, lo estaban dejando morir) y fue rescatado. Ha sido muy satisfactorio porque, además de conseguir la condena a pena de prisión del responsable de los hechos, también hemos conseguido que se haga cargo de los gastos veterinarios. Y, lo más importante, sabemos que el perro está vivo y feliz, ya que conseguimos que se adjudicara su titularidad a la persona que lo había rescatado y formulado la denuncia.

– ¿Cuál es la situación de las condenas por maltrato animal en España?

Debemos decir que el panorama ha mejorado mucho durante los últimos años y también que Baleares es pionera en este ámbito.

Es verdad que queda mucho camino por recorrer, pero también es cierto que hace unos años era impensable que alguien entrara a prisión por maltratar a un animal. Sin embargo, desde el caso “Sorky” en el año 2015 (primer caso de entrada en prisión por maltrato animal en España, por la muerte a golpes de un caballo en el hipódromo de Manacor) parece haberse producido una suerte de pequeño efecto dominó. Se ha producido un antes y un después de ese caso en el mundo jurídico.

A él le siguió poco después el caso, antes mencionado, del condenado por el caso “Mix”, también en Baleares en el año 2015 (en el que ABADA también ejerció la acusación popular), y que, así mismo, ingresó en prisión (en segundo en toda España).

Pero los dos ingresos en prisión de Baleares no han sido los únicos. A principios de este año 2017 se ha producido un tercer caso de ingreso en prisión, en Asturias, donde se condenó a un hombre por dejar a un ternero inválido abandonado sin acceso a agua ni a comida.

Con posterioridad, ya más recientemente, ha habido un cuarto caso en el que se ha decretado el ingreso en prisión por maltrato animal. Concretamente el de la ex directora de una asociación (supuestamente, protectora de animales) en Torremolinos, que mataba de forma masiva y por métodos crueles a los perros y gatos que se suponía debía proteger. (en relación a este caso hubo inicialmente cierta confusión, puesto que algunos medios difundieron la información errónea de que se trataba de la “primera entrada en prisión en España de un condenado por maltrato animal”, cuando, en realidad, se ha tratado del cuarto ingreso en prisión producido en España).

Así mismo, debemos señalar que el único ingreso en prisión que se ha producido en España, única y exclusivamente, por maltrato animal (es decir, sin que concurrieran otras condenas por otros delitos o hubiera penas de prisión pendientes no canceladas), ha sido el del condenado por el caso “Sorky”; aunque, a diferencia con lo que sucedió posteriormente en el caso “Mix” (en el que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares confirmó la orden de ingreso en prisión), en el caso “Sorky” la Sección Primera de la Audiencia Provincial dejó en libertad al condenado (después de haber entrado ya en prisión) por lo que permaneció en ella algo menos de dos meses y no cumplió íntegramente la pena que se le había impuesto.

Es decir, que aun queda mucho por hacer. Básicamente, sería necesario modificar el Código penal para endurecer las penas en los casos de maltrato especialmente graves. De ese modo, la entrada en prisión en ese tipo de casos no sería fácilmente evitable por los condenados.

– ¿Cuál es su postura respecto a las matançes?

Básicamente, estamos en contra de la explotación animal de cualquier ámbito. Pero somos conscientes de que en la actual tesitura social debemos relativizar y establecer prioridades. Lo que queremos decir es que sería deseable en un futuro que el ser humano fuera capaz de dejar de explotar a otras especies animales. Ahora bien, mientras se sigan sacrificando animales para consumo humano, como mínimo, debemos procurar que se legisle para que en sufrimiento animal sea reducido o eliminado al máximo: desde las condiciones en que se encuentran los animales destinados a la reproducción, al sacrificio en mataderos, pasando por crianza y su transporte, todas esas actividades deben realizarse sin sufrimiento para los animales, algo de lo que estamos muy lejos hoy en día, lamentablemente. Ahora bien, centrándonos en las matanzas, lo que es inaceptable es que, por mor de la tradición, se sigan sacrificando animales siguiendo usos que suponen un terrible sufrimiento y maltrato a animales como, por ejemplo, los cerdos. Y no es que consideremos que el aturdimiento previo al sacrifico sea suficiente, pero desde luego, no puede ser obviado hoy en día en las matanzas, si queremos considerarnos una sociedad mínimamente civilizada.

– Algunas comunidades religiosas exigen un sacrificio animal sin aturdimiento para consumo humano, como la musulmana y judía. ¿Debemos aceptarlo?

Precisamente por lo expresado en la anterior respuesta, es inadmisible que en la Unión Europea (por ceñirnos a un territorio cultural y político más amplio y al que pertenecemos) se establezcan excepciones por motivos religiosos que eximan de, por ejemplo, el aturdimiento previo al sacrificio de animales. ¿Por qué decimos esto? Pues porque en la Unión Europea se han establecido esa excepción al cumplimento de la ley (es decir, a la obligación legal de aturdir al animal para que no sufra) cuando los sacrificios se realicen por el rito musulmán o judío tradicionales, lo cual, evidentemente, incrementa en mucho el maltrato y consecuente padecimiento que sufren esos animales durante su muerte, habitualmente desangrados. No obstante, aunque todas las religiones y culturas nos merecen un absoluto respeto, creemos que su práctica, al menos en la Unión Europea, debería adecuarse a las medidas legales que, en este caso por motivos de compasión hacia los animales, hemos alcanzado, precisamente, en virtud de nuestra evolución cultural.


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