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La empresa “Encantos de Menorca” compra la Torre Bajolí de Ciutadella

El médico Víctor Madera amplía su patrimonio que se compone de grandes fincas que, en la mayor parte de los casos, se destinan a uso hotelero

Torre de Bajolí
Torre de Bajolí
Más al norte de Calan Blanes y antes de llegar al Pont d'en Gil. Foto Buenaventura

Según publica estos días el diario La información, el médico Víctor Madrea, que se hizo famoso por la millonaria operación de venta de los hospitales Quirón, acaba de hacer una nueva adquisión. Ha sido la Torre Bajolí, en Ciutadella. Se asienta en un terreno de poco más de setenta y dos metros cuadrados en el que, además, hay un edificio de dos plantas adosado a ella con una superficie de noventa y dos metros cuadrados y un aljibe. Al conjunto se añade otro edificio de una sola planta de veintisiete metros. En total, setecientos metros cuadrados.

La torre costera de vigilancia se construyó en 1694. Sus antiguos propietarios eran los herederos de la familia Oliver, una saga entre la que se encuentra el actual barón de Lluriach, José María de Olivar Ordís. Hace varios años que habían puesto la propiedad a la venta por siete millones de euros, pero no habían encontrado comprador hasta que el empresario asturiano Víctor Madera la ha adquirido a través de la empresa Encantos de Menorca.

Fue administrador único de esa empresa hasta junio de 2017, momento en el que la entidad pasa a ser gestionada por un consejo de administración en el que es consejero Celso González García, abogado, ex accionista mayoritario del Real Oviedo y uno e los habituales en sus empresas.

También el arquitecto Francisco Ortega Montoliu, cerebro de muchas de las reformas de sus emblemáticos edificios. Constituyó Paisajes de Asturias, junto a algunos inversores asturianos, para explotar toda clase de inmuebles con un capital que ha llegado a rebasar los 37 millones de euros. Han adquirido pisos en Madrid, fincas y propiedades en Formentera, pero sus grandes protagonistas son los palacios en los que vivieron miembros de la nobleza española y que hace años se encontraban cerrados y abandonados. Madera y sus socios los reforman y, en algunos casos, lo destinan a uso hotelero.


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