El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha condenado a España por imponer una pena de cárcel a los dos manifestantes que quemaron en Girona, en 2007, una foto gigante de los reyes, que constituyó “una injerencia en la libertad de expresión que no fue proporcionada con el fin perseguido”.
Los tribunales españoles impusieron a Enric Stern y a Jaume Roura una multa de 2.700 euros a cada uno para eludir la prisión por un delito de injurias a la corona, con la advertencia de que si no la abonaban se ejecutaría la condena a 15 meses de prisión.
“No constituía un ataque personal dirigido contra el rey de España con el fin de despreciar y vilipendiar su persona, sino una crítica hacia lo que el Rey representa, en tanto que jefe y símbolo del aparato del Estado y de las fuerzas que, según los recurrentes, habían ocupado Cataluña”, explica la sentencia.
Todo ello forma parte del dominio de “la crítica o la disidencia política y corresponde a la expresión de un rechazo de la monarquía en tanto que institución”. Ahora se les deberá pagar 7.200 euros a cada uno.