Hay casas de ensueño ubicadas en lugares especiales de Menorca como el acantilado de Cala Galdana que otorgan a al inmueble una indudable personalidad y las convierten en el objeto del deseo de quienes la contemplan.
Así se podría definir esta propiedad única en su esencia y acabados. La piedra natural de Menorca, trabajada con gusto y habilidad, da a la casa una fuerte personalidad, juntamente con el uso de la madera y de los colores cálidos del Mediterráneo.
Una puerta de madera típica de las grandes casas antiguas da acceso a un patio con una fuente de agua y unos porches donde unas vigas de madera sujetan las terrazas superiores adornadas de barandillas de hierro forjado a mano. La entrada a la casa se abre dando paso a una planta baja de espacios abiertos y con amplios ventanales que la iluminan y que a su vez se abren a la terraza, al jardín y la piscina de estilo árabe.
El salón con gran chimenea nos recuerda a los antiguos hogares, el comedor espacioso y la amplia cocina con isla central acaban este espacio donde el suelo de piedra natural y las vigas rusticas que sostienen un alto techo blanco dan un acabado natural y acogedor.
En la misma planta hay un baño para invitados, lavadero, tres amplios dormitorios cada uno con vestidor y baño en suite.
En la planta semi-sótano hay el garaje para dos coches, cuarto maquinas, un dormitorio para el servicio con su vestidor, baño y salita.
Una escalera de diseño lleva a la primera planta donde hay otros dos dormitorios con salita, vestidor y baño en suite. En el jardín que se alarga al mar hay un mirador desde donde se puede gozar de las increíbles vistas del acantilado, a la costa y al mar.
El sistema geotermico de condicionamiento interior de la casa garantiza una agradable temperatura constante y natural. La calidad de los acabados, los muebles de diseño, la mezcla de moderno y antiguo, la iluminación y la gran luminosidad hace única esta magnifica casa.