Con la leche se pueden hacer muchas cosas. Más allá del queso, en el que Coinga ya tiene experiencia y buenos productos bien posicionados, ahora se plantean lanzar nuevas líneas de producción. El “kéfir” es un producto lácteo parecido al yogur líquido, fermentado a través de la acción de un conjunto de levaduras (hongos) y bacterias (lactobacilos).
La región del Cáucaso conoce el “kéfir” desde hace mucho tiempo. Los musulmanes lo llamaban “Los granos del Profeta Mahoma” y era considerado un maná de Alá. Creían que perdía todas sus virtudes si lo utilizaban personas de otras religiones; algunas crónicas relatan que se castigaba con pena de muerte a quien revelase el secreto del “kéfir” a otras tribus extranjeras.
En el “kéfir” la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico y se produce además dióxido de carbono y alcohol en pequeña cantidad (1% al 3%) ya que la leche fermenta mediante una reacción lacto-alcohólica, la misma se da en condición anaeróbica.
Los gránulos o nódulos de “kéfir” tienen un aspecto similar al de la coliflor pero son más blandos y gelatinosos; es una masa biótica simbiótica que combina bacterias probióticas, levaduras, lípidos y proteínas, envuelta en una matriz polisacárida, denominada kefirán. Los principales microorganismos que conforman este ecosistema microbiano presente en el “kéfir” son: la bacteria Lactobacillus acidophilus y la levadura (hongo unicelular) Kluyveromyces marxianus, aunque varían según las regiones y métodos de cultivo.
Desde hace cien años, se ha asociado el consumo de “kéfir” con diversos efectos favorables sobre la salud. Los beneficios actualmente documentados incluyen la modulación del sistema inmunitario, del metabolismo y de la flora intestinal, y la cicatrización de heridas. Estudios in vitro han demostrado acción anticancerígena sobre diversos tipos de células cancerígenas.
COINGA debería apostar por un producto de mayor calidad, certificar su producción como ecológica sería el elemento diferenciador en el mercado local y un filón en el mercado exterior. Es incomprensible que en esta isla no se cultive todo orgánicamente y todo el ganado se crie siguiendo los criterios de la ganadería ecológica.