Llegó al Mercadal en el verano de 2016. Tuvo una irrupción espectacular y maravilló con algunas exhibiciones, pero su rendimiento fue menguando y acabó como suplente. Ayer viernes, un par de años más tarde, debutó en Primera División con el Real Valladolid en Girona.
Es la historia de Chris Ramos, un chaval de apenas 21 años con una carrera meteórica.
El espigado delantero gaditano decidió probar fortuna en Menorca después de acabar su etapa como juvenil en el Tiempo Libre, equipo de su ciudad. Aceptó la propuesta del Mercadal y en una temporada algo irregular, despuntó en partidos puntuales como ante el Formentera.
Eso despertó el interés de diversos equipos de Tercera de Balears, pero las lesiones y su falta de actitud en algunos tramos de la temporada apagaron las opciones de que pudiera seguir creciendo en nuestro fútbol.
Por eso decidió marcharse y recaló en el filial del San Fernando, en la Primera andaluza. Tras un gran inicio, le llegó la oportunidad de jugar en el primer equipo, en Segunda B. Y no la desaprovechó: 4 goles en 12 partidos.
Eso abrió el apetito de diversos clubes importantes del mapa nacional, y en el mercado invernal firmó por el Valladolid. El club de Pucela le extendió una oferta hasta 2021 y, pese a que parecía llegar para jugar en el segundo equipo, acabó en el primero y logrando el ascenso.
La falta de refuerzos del Valladolid le dieron este viernes la oportunidad de debutar en la máxima categoría. Actuó como titular disputando 64 minutos. Atrás quedan sus zancadas interminables en Sant Martí, sus goles imposibles y aquella sensación de que estábamos ante un proyecto por explotar. Ya lo ha hecho.