El Ayuntamiento de Alaior inaugura este sábado, a partir de las 19 horas el proyecto de reordenación y embellecimiento del entorno del Convent de Sant Diego. La intervención realizada mejora de forma ostensible la estética pero también la funcionalidad de una vía urbana, el carrer de ses Escoles, que con unos 100 metros de longitud concentra una gran intensidad de tránsito peatonal.
La reciente rehabilitación del Convent de Sant Diego recomendaba además un adecentamiento de toda esta zona que acumulaba un grave deterioro y que de alguna manera es ya el umbral de acceso al recinto histórico, zona de espera y punto de encuentro. La iniciativa municipal se sometió a un proceso de participación ciudadana en la que los residentes pudieron seleccionar entre tres propuestas de solución para esta área recogidos en otros tantos ante-proyectos de la arquitecta y paisajista Elisabeth Quintana.
La frecuentación e intensidad de usos peatonal por coincidencia con las rutas escolares exigía una pacificación del tráfico rodado en este tramo de la vía que por ahora va a ser compatible con la circulación rodada. La solución encontrada ha pasado por suprimir las dos líneas de aparcamiento preexistentes a lado y lado de la calle, de manera que las aceras han ganado terreno y amplitud mientras se restablece la visión completa del conjunto histórico monumental, que cuenta con declaración como Bien de Interés Cultural.
En la parte final de la calle se ha conseguido además un recrecido de la zona peatonal con el que se crea un punto de descanso ribeteado por parterres con su correspondiente ornamentación vegetal.
La calle de Ses Escoles incorpora asimismo mobiliario urbano (bancos, sillas y papeleras) y se embellece con la plantación de cuatro ejemplares de palmeras washingtonianas. Las obras han sido ejecutadas por la empresa Construcciones Olives S.L. en un plazo aproximado de seis meses y con un presupuesto próximo a los 300.000 euros.
El entorno renovado de este ámbito se beneficia además de otros dos proyectos que se han ejecutado de forma paralela, que son resultado de dos acciones de mecenazgo y que sin duda redondean el conjunto. Así, se inaugura también, el proyecto de iluminación polícroma exterior y monumental del Convento de Sant Diego, gracias a la aportación económica de la Fundación ASMAR –Catalina Mercadal, que ha financiado esta actuación en su totalidad.
Con un importe de 30.985 euros, el antiguo convento franciscano queda dotado de un sistema de proyectores LED que realzarán la belleza del conjunto histórico mediante tecnología RGB. A partir de ahora, la fachada del Convento podrá lucir iluminación ornamental polícroma con posibles efectos de tránsito cromático, combinación simultánea de varios tonos o proyección estática de un solo color, de acuerdo con el programa por el que se opte.
En la jornada inaugural se hará una demostración de las posibilidades de iluminación, algunas de las cuales van a usarse sólo en ocasiones especiales.
Un tercer eje de la mejora del entorno de Sant Diego viene dado por la instalación de la escultura “Stallone”, del escultor suizo Nag Arnoldi. Se trata de una pieza prototipo, original, de aproximadamente 1,50 centímetros de altura, elaborada en bronce y que se asienta sobre una base elaborada con el mismo material. La escultura ha quedado instalada en la zona de reposo, sobre un pedestal elaborado en acero inoxidable con acabado envejecido. Es una estructura cúbica, minimalista y diáfana, que pretende ser solo apoyo sin restar protagonismo ni a la pieza que soporta ni al conjunto monumental que preside este rincón urbano.
“Stallone” es una donación de la familia Arnoldi al pueblo de Alaior. Tras el fallecimiento del escultor, en febrero de 2017, tanto su viuda Ornella Rezzonico, como su hija Flaya, dispusieron que esta escultura, una de las predilectas del artista, quedara en Alaior en memoria y recuerdo del escultor que encontró en este municipio un ámbito de inspiración y descanso. “Stallone” reproduce con estilo expresionista la figura de un caballo en movimiento, que exhibe un aire grácil en la marcha. La obra forma parte de la serie EQVVS en la que Nag Arnoldi desplegó su genio creador a partir de la década de los ochenta. El caballo se fundió en 1993, llegó a Menorca en 1995 y hasta hace poco estaba instalado en la residencia familiar de los Arnoldi en Torre Solí.
Junto con la composición escultórica “Tre Cavalli”, en la plaza del Carmen de Maó, pasa a ser una de las dos únicas realizaciones escultóricas de Arnoldi que hay en ámbito público.
Tras los parlamentos y la demostración de la iluminación, el acto inaugural finalizará con una exhibición de fandango menorquín, ofrecida por el grupo folklórico Tramuntana, de Ciutadella, así como también en una merienda abierta a todo el público asistente. La iluminación con intérvalos de colores podrá apreciarse hasta las 24 horas, también durante el fin de semana. A partir de entonces quedará fija (excepto en ocasiones especiales).