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Nada tiene que ver la cal que lleva el agua de Menorca con los cálculos renales

Fue el médico escocés George Cleghorn quien, en el siglo XVIII, llegó a esa erróena conclusión y mucha gente aún lo da por bueno

Aunque sea dura, es buena para beber
Aunque sea dura, es buena para beber
La mayor presencia de cal del agua de Menorca no afecta a los riñones

Sí, el agua de Menorca tiene una concentración de cal elevada y, como tal, se la considera agua dura. Conozcamos al médico que predijo que había una relación entre el consumo de esta agua con la aparición de cálculos renales. En 1736, Cleghorn fue nombrado cirujano del 22º Regimiento de Pie en el puerto de Maó.

El trabajo más importante de Cleghorn fue Observaciones sobre enfermedades epidémicas en Menorca del 1744 – 1749 (1751). Después de haber respondido con Fothergill sobre sus observaciones médicas en Menorca, Cleghorn fue persuadido de redactar los contenidos de sus cartas. Hay siete capítulos de observaciones originarios sobre las enfermedades de los habitantes y de las tropas británicas. Cleghorn había hecho muchos exámenes post mortem.

Las afirmaciones inexplicables en los escritos hipocráticos, afirmó Cleghorn, se hicieron claras con las observaciones clínicas sobre las costas mediterráneas y el contexto en que las enfermedades, tanto agudas como crónicas, a menudo se modifican por la fiebre malaria. La patología de la fiebre entérica y la neumonía aguda se desconoce en el momento, pero el libro da cuenta del curso de la fiebre entérica complicada con la tertiana, con disentería y con neumonía. Entre sus conclusiones añadió alguna que actualmente podemos decir que no era correcta; no hay relación entre el consumo de agua y ciertas patologías como la presencia de piedras en el riñón.

El doctor en ciencias de la UIB Felix Grases ofrecerá una conferencia en el marco de la UIMIR el próximo 30 de enero a partir de las 19’30 horas con el título Calcificacions patològiques en els humans; no cal morir-se per fossilitzar. Según Grases aún hay mucha gente en Menorca que toma por buena la conclusión de Cleghorn, pero no hay una relación entre el consumo de agua dura y padecer estas patologías. Para tener un riñón que filtre bien es conveniente beber mucha agua. Lo que sí está incidiendo en problemas renales es otra cosa.

Las dietas en las que hay mucho sodio (sal) son propensas a padecer problemas a nivel de circulación sanguínea y la aparición de piedras en el riñón. Tampoco ayuda comer demasiadas proteinas (carnes) ni las que implican un exceso de azúcar e incluso fructosa. Otro factor que se ha demostrado como no adecuado es el de un exceso de vitamina C en la dieta. Como explica Grases, no hay ningún extremo bueno; los vegetarianos o veganos también están expuestos. La dieta ideal es aquella que es verdaderamente equilibrada en cada uno de los elementos necesarios para nuestra alimentación.


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