La Guardia Civil está investigando las causas de la muerte del submarinista menorquín mientras trabajaba en las tareas de mantenimiento del emisario de la bocana del puerto de Eivissa.
La Benemérita está analizando las condiciones laborales en las que se encontraba Rubén Ropero y otros tres buzos de la empresa subcontratada por la conselleria de Medi Ambient del Govern balear.
Se está investigando si se cumplían las normas de seguridad que exige la ley, según informa hoy el diario noudiari.es citando fuentes de la comandancia.
Rubén, de 28 años, se encontraba trabajando a 40 metros de profundidad cuando quedó inconsciente y fue sacado del agua. A pesar de que trataron de reanimarlo, había entrado en parada cardiorrespiratoria y no se pudo hacer nada por salvar su vida.