Muy cerca de la zona infantil, clave del éxito de la convocatoria para muchas familias, comenzó la nueva edición de una feria que ofrece stands con productos ecológicos certificados. Desde el ámbito agrario y ganadero (también había productos embutidos ecológicos), el público podía tener a mano lo que la huerta ofrece. Son alimentos frescos, de temporada y que reúnen una característica en común; en su proceso no hay químicos. Con el tiempo, los elementos que definen el tipo de producto (la certificación ecológica) se ha vuelto más exigente. Eso es una garantía para el consumidor.

Pero la feria en sí no es tanto un espacio para la venta si no una fiesta en sí. La ecotorrada ya es un elemento cotidiano de este tipo de evento y, en cierta manera, lo esperan muchas personas ya sea en una versión de carne ecológica o en la versión vegetal.

Un poco antes de que empezara el montaje de las carpas acudió el chaparrón pero, lejos de ser un inconveniente, refrescó el pulmón verde del centro de Maó. Con las mesas dispuestas se pudo exponer plantas, quesos, verduras, frutas, mermeladas o pan, entre otros productos. Tras la actuación de la glosa de Soca de Mots llegó la ecotorrada y después la entrega del premio Poriol.

Este galardón concedido por APAEM quiere distinguir aquellas acciones o trayectorias de personas o entidades en favor de la producción ecológica en Menorca. Como y avanzó Menorcaaldia.com en esta quinta edición el reconocimiento es para el proyecto Árboles de Algendar de Cáritas.
Hay que destacar que hubo algunos stands de la feria que antes de acabar la jornada tuvieron que colgar el cartel de “ya no quedan existencias“.