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1. … en ciertos lugares el curso también empieza con normalidad, niños van a las madrasas a estudiar el Corán, recitando espasmódicamente sus versículos hasta quedar grabados en el cerebro, y decimos niños porque las niñas en muchos casos ni se contempla de que tengan derecho a educación alguna, sería peligroso para el machista patriarcado de esas sociedades…en otros lugares otros niños acuden a las escuelas rabínicas, a hacer otro tanto con el Talmud, vestidos de negro y con sombrero, ribetres rizados en las sienes, a adoctrinarse en la supremacía étnica y religiosa y el desprecio al otro, pues son los supuestamente elegidos… aquí en Europa, en vez de educar a nuestra prole en una sana ausencia de fantasías religiosas, con todo la mugre que comportan de misoginia, discriminación y censura al diferente, tenemos en cambio una “asignatura” a la que no podemos extirpar ni con salfumán, que no es en absoluto diferente a las demás que hemos visto, y que de seguir permitiendo que exista en el currículo escolar, dentro de nada será la puerta por la que se nos colará el caballo de Troya de los comunitarismos de una creciente inmigración, que nos exigirá clases de madrasas y de talmúdicas en nuestros barrios, con todo lo que ello conlleva, segregación de sexos, construir piscinas adicionales, atención sanitaria específica para cada sexo, menús adaptados a cada particularidad, modificar temarios para no ofender sensibilidades, se inmiscuirán en la educación hasta extremos inimaginables… y todo porque seguimos tolerando esa “asignatura” que hemos padecido desde siempre y ya la tenemos como de la familia… y no lo es, viene impuesta desde un pequeño estado extranjero, una dictadura teocrática sin democracia, misógina e intrigante, que gracias a esa aberración que es el Concordato con la santa sede, nos tiene a la sociedad española bien cogidos por los cataplines…

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