Sergi Llull volvió a ser uno de los protagonistas más destacados de la celebración de la Selección español tras ganar el Mundial de baloncesto. El menorquín no se cortó ni un pelo en el Palacio de Zarzuela, sede de la Casa Real. Además de un selfie fuera de todo protocolo, el menorquín exhibió toda su simpatía en el encuentro con los Reyes de España. Fue poco antes de iniciar los festejos populares por las calles de Madrid para celebrar el éxito deportivo. |